《39》Prometida

1.2K 144 221
                                    

—No puedo creer que me obligaras a venir.

—Yo no lo obligue.

—Lo hiciste—Malik lanzo una mirada venenosa a su acompañante antes de volver al camino—Cuando dijiste que ya no me dejarías entrar al paraíso. He conocido gente cruel, pero tu, mi amor, no tienes nombre.

Liam miro cualquier cosa, menos al hombre ofendido que iba al volante. Abochornado por las cosas descaradas que decía el médico. Enojado o no, la mano del doctor bajo y tomó la suya, dio un ligero apretón y su dedo pulgar se dispuso acariciar la piel del dorso con cariño.

Después de un par de mentiras piadosas, ambos consiguieron tener en fin de semana libre. Claro que, Liam tuvo que prometer a su amiga recompenzar su ayuda.

Ahora, se encontraban de camino a la "pequeña" casa que Adam Malik había rentado para la fiesta. Un camino del lugar a las afueras de la ciudad, donde el campo era eso, pura frescura de aire limpio y lleno de naturaleza hermosa.

—Solo son dos días, doctor.

—Suficiente para querer cometer homicidio—murmuro—Tu no sabes como son ellos.

Claro que no sabia, pero tenía mucha curiosidad. Y aunque Zayn estaba reacio al principio para llevarlo, termino aceptando a regañadientes cuando Liam puso sus ojitos de bambi.

—Solo no te quedes a solas con Evan y yo no iré a prisión por homicidio en primer grado.

"Pequeña" no era la palabra para describir la enorme casa que se materializó al frente del camino. Blanca y bonita. Liam estaba seguro que podría perderse en ella.

Habían cuatro autos lujosos estacionados al frente, Zayn estacionó el suyo un poco alejado de los demás. Se colocó sus lentes de sol y bajo, Liam bajo detrás de él, ambos con sus bolsos en mano.

—No te separes de mi—ordeno bajo, atrapando la mano del castaño, depósito un beso en ella y después jaloa esta para caminar.

Algunas personas saludaron educadamente al doctor M, esta asentía en respuesta. Liam solo podía ofrecer un cohibido saludo, teniendo miradas curiosas sobre él. Era un poco incomodo.

El entrar a la casa no mejoró sus nervios. No estaba ese mismo ambiente acogedor y familiar que con sus tíos. Era todo frío y estetico.

—Zayn—Evan Malik apareció bajando las escaleras, sus ojos parecidos a los del doctor y portando esa misma mirada de seriedad—Veo que has decidido asistir por voluntad propia.

—Créeme, si por mi fuera jamás vendría. Liam me hizo venir.

El mencionado se encogió en su lugar, bajo la mirada que se posó sobre él, se acercó un poco más al doctor y colocó su propia mirada en el saco que cubría al azabache mayor.

—Es un gusto verlo nuevamente, doctor Liam.

—Igualmente, señor Malik.

—¡Zayn!

Una tercer voz varonil interrumoio a los tres en el recibidor. Liam vio a un hombre mucho más adulto y con cabellos casi completamente blancos aparecer con una grande sonrisa en labios. Sus brazos extendidos mientras se acercaba a donde Zayn y Liam estaban. Pero este último no vio ningún indicio de que el doctor quisiera saludar al hombre adulto.

—mon fils, vous êtes venu/{Mi hijo, viniste}—un perfecto francés fluyó fuera de su boca, acercándose sin pedir permiso alguno y envolviendo a Zayn entre sus brazos.

—Bonjour, Père/{Buenos días, padre}—el doctor regresó sin ganas el abrazo, palmando los hombros del hombre a cambio.

Sus ojos envejecidos por el tiempo de vida por fin dieron con Liam, la misma expresión de curiosidad que había visto en su doctor, era la misma que en ese momento tenía colocada el señor al verle.

Mr. Doctor M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora