《41》Retorcido

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Zayn fue estampado contra la pared, perdiendo el aire con el repentino golpe, y pronto sintió en cuerpo de su amado pegandosele. Una sonrisa apareció en sus labios cuando vio a su atacante, demaciado caliente ante sus ojos ladinos, admirando esos ardientes ojos que lo asesinaban con su color miel.

Creo que estoy teniendo un deja vu—gimio Malik, siendo acariciado por sobre la ropa.

—Esta noche...no seré yo...mi amor.

Liam se arrodilló bajando la ropa que le estorbaba, liberando el excitado miembro del doctor, sin dudar mucho lo llevo a su boca y probó la mitad que cabía, usando los dientes para tocar. Zayn gimio alto, intentando tomar a Liam por el pelo, pero este alejo sus manos y se empujó a tomar más del médico.

Malik estaba disfrutando mucho, su corazón estaba latiendo aprisa y dolía cada que bombeaba, pero no le importó. Nada le importaba en ese momento.

Se quitó el saco, abriendo su camisa y arrancando la corbata de su cuello. Su esculpido pecho moreno a la vista y merced de su amado.

Liam lo dejó ir con un húmedo sonido, se levantó y empujó al médico hasta la cama. Zayn cayó boca abajo, y no tuvo mucho tiempo para darse la vuelta cuando Liam se colocó casi sobre él y una mano bajo para acariciar entre sus glúteos.

Perdió el aliento y la habitación se quedó en silencio, solo sintiendo como esos dedos traviesos jugaban con él. Todo se volvio más sofocante y caliente.

—Le dije que un día sería yo quien embistiria—susurro humedamente a su oido—Le recomiendo poner de su parte, doctor, o juro que será doloroso.

—Bueno, mi adoración, creo que quedó muy claro en casa de tus tíos que me fascina el dolor.

Y fue esa sonrisa con esa sonrisa la que terminaron por enloquecer a Liam.

Porque a veces es necesario unirte a los locos.

°•●•°

—Tienes el descaro de sonrojarse después de lo que me hiciste—dijo Malik, siceando cada que gotas de jabón tocaban las heridas en su cuerpo.

Sonrojado y sin mirarle, Liam lavaba el jabon de su propio maltratado cuerpo.

Zayn al ver como su prometido rehuia a sus ojos, negó con la cabeza.

—Eres un descarado, eso es lo que eres, mi adoración.

Y quizás si.

Ayer en la noche no lo pensó mucho, actuó por instinto. Su único pensamiento en ese momento, era enseñarle al doctor que no era una virgen sonrojada...no todo el tiempo, y que él era suyo. Quería que todos en esa fiesta supieran lo que estaba pasando en la habitación de los doctores.

Quizás fue así, porque la música aumentó en el tercer orgasmo de Zayn.

—¿Lo lastime mucho?—pregunto después de un momento.

Zayn le miró por sobre su hombro, Liam miro un par de aruñones rojizos, y mordió sus labios.

—Sospecho que estas muy satisfecho con lo que hiciste.

Mr. Doctor M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora