Mr. Doctor M.

《18》La pareja ideal

Aquella mañana el sol decidió ocultarse tras nubes grises, la lluvia estaba por desatarse y Liam podía ver el espectáculo desde el consultor del doctor M.

Después de aquel día en que el doctor M se comportó de forma extraña, y la llegada del anormal regalo del hermano del doctor, las cosas seguían tensas.

Si bien, los toques íntimos volvieron a la ecuación, estos eran incluso fríos y reservados. Malik dejaba un beso casto sobre los labios de Liam, una mano sobre su hombro en despedida y miradas para buscarlo.

Solo eso. Y el cambio desoriento a Liam, tan acostumbrado a la intensidad de su doctor y después perderlo.

La inseguridad lo golpeo nuevamente, ¿El doctor se había cansado de su pupilo?

Decaído repentinamente, Liam siguió su rutina, esta vez sus sonrisas eran más forzadas.

Jamás imagino que sentiría la perdida de la rutina a la que se había adaptado. Si bien, el doctor no entendía el significado de espacio personal, poco a poco Liam ponía de su parte inclinándose en busca de eliminar el espacio.

—Lo encuentro un poco decaído, doctor—dice la señora Palmer.

Liam suspira antes de regalarle una sonrisa triste.

—No es nada, señora.

—¿Problemas con su novia?

—Algo asi—responde, usando el baumanometro para tomarle la presion—Ha estado un poco distante, él siempre ha sido así, pero últimamente lo encuentro más ensimismado. A veces no me nota en la misma habitación hasta que me muevo, no compartimos lo mismo que antes y me descoloca. Me pone en una posición difícil porque no se que es lo que lo está mortificando.

Escucho a la señora Palmer hacer un sonido de comprensión. La mano libre de la mujer fueron a la mejilla del doctor y cuando Liam levantó la mirada fue una sonrisa cálida su saludo.

—Deberían hablarlo. Sí ambos hablan podrán arreglar su problema. La clave para una buena relación es la comunicación y la confianza.

Liam le sonrió—Tiene razón.

—Entonces, vaya y busque al doctor Malik.

—Si, gracias—rápidamente se levanto y fue hacia la puerta, hasta que cayó en cuenta y se detuvo—Espere, ¿Como sabe que me refería al doctor Malik?

—Querido, es tan obvio su amor por ti—respondió alegre—La forma en que ambos parecen no poder estar lejos el uno del otro. Dejo muy en claro sus celos el día que mencioné a la enfermera Maya—Liam estaba sorprendido—A parte, no dejas de referirte a un él. Solo sume todo.

Sonrojado, Liam abandonó la habitación con un último saludo.

Tenia que encontrar al doctor M y hablar con él. Encontrar la raíz del problema.

Y estaba feliz porque sentía que estaba haciendo un gran paso.

Pero cuando estaba tomando el pomo de la puerta para entrar, escucho la voz ronca del doctor y una más fina hablando.

—Es un problema, pero no difil de arreglar—dice aquella mujer misteriosa—Toma tu tiempo para pensarlo y si tanto deseas alejarte, entonces ve hacia él y se lo dices.

—No es tan fácil, lo quiero, pero estoy harto de que este sobre mi todo el maldito tiempo—dijo el doctor M.

—Entonces, olvida tus malditos modales y mandalo a la mierda—Liam pasó saliva con dificultad—Debe entender que por el momento tu no deseas nada con él.