En un mundo donde el poder y el dinero es el pase a la felicidad.
Donde todo gira alrededor de tu cartera.
Donde todo es un mundo perfecto para aquellos con suficiente poder.
Pero alguien quiere acabar eso. Quiere que todos sean iguales. Que no exis...
Hola nuevos lectores, solo quiero informar que este libro contiene demasiadas faltas ortográficas y gramaticales, también varias escenas innecesarias, les pido una disculpa, espero pronto poder editar la historia.
Capítulo I
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Samanta Mcquaid.
No puedo creer que esto me esté pasando, voy tarde al instituto solo por intentar tapar un poco mis ojeras.
Ya que la noche anterior me quede hablando hasta tarde con mi mejor amiga, ya que surgió el código de mejores amigas, ese en que cuando tu mejor amiga tiene un avance con el chico que le gusta y te cuenta todos los detalles.
Apenas he dormido unas cuantas horas, me siento cansada, con sueño y de cierta manera un poco insegura.
Pero eso no lo tengo que demostrar, porque nunca por ningún motivo una modeld tiene que demostrar cansancio, siempre tenemos que demostrar grandeza, superioridad y…
—¡Sam!— Una voz lejana me llama, me giro hacia atrás y me topo con la figura de mi mejor amiga, Katherine.
—¡Al fin te encuentro!, ¿dónde habías estado?— me pregunta un poco agitada.
—En mi casa, ¿Dónde más iría a estar? — Contestó burlona.
—¿No has notado que son las 9:40?, y que deberías de haber estado aquí desde las 8:00— Puedo percibir el regaño en su voz, ¿acaso me está regañando? Cuando literalmente la culpa es de ella.
—¿oh en serio? No lo había notado— Contesto sarcásticamente.
Veo como pone sus ojos en blanco y me mira como si no tuviera remedio.
—Vamos los chicos nos están esperando— se da la vuelta y empieza a andar por el pasillo, que llevaba hacia la cafetería.
Empiezo a seguirla, en serio no comprendo que hace fuera de clases, se supone que debería de estar en historia, bueno tampoco es necesario ir, es una Modeld al final de todo, si queremos ir a una clase vamos y si no queremos ir no vamos, los profesores no nos ponen falta, ya que ninguno quiere ser enemigo de alguno de nosotros, porque su vida se convertiría en un infierno.
Esta vida es perfecta para nosotros, pero para los pled, ¿Cómo es su vida?, ¿miserable? ¿Difícil?, no tengo idea y la verdad no me importa mucho.
—¿En qué tanto piensas?, ¿es un chico? ¡NI SE TE OCURRA CAMBIARME SAMANTA MCQUAID!— odio que usen mi nombre completo, es como si me regañaran.
—¡SAM!— la corrijo, un poco molesta, ella sabe cuánto odio que digan mi nombre completo.
—Bueno Sam, Samanta, lo que sea, no me cambies el tema. ¿En qué piensas?— me dice con un tono que no sé muy bien si es de molestia o irritación.