"Pervertido"

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SAM MCQUAID...

Abro los ojos, me cuesta acostumbrarme a la luz del sol.

Siento como algo esta sobre mi cintura y mi espalda está pegada a algo duro, los pelos de mi nuca se erizan al sentir una respiración pegando tras mi oreja.

Empiezo a entrar en pánico, hasta que los recuerdos de la noche anterior llegan a mi.

Tomo el brazo de Theo que me tiene abrazada, pero cuando intento moverlo. Un gruñido escapa de los labios de este, provocando que me apreté más a él.

Siento como algo duro pega contra mi trasero, mis mejillas se calientan al saber que es.

Me entran ganas de calentarlo y como soy una antisistema, empiezo a mover mi trasero.

Otro gruñido sale de la boca de Theo.

—Deja de moverte, así — Me dice contra el oído.

—¿Así?— Pregunto haciéndome la loca. Me detengo cuando siento como Theo agarra mi trasero con sus manos.

—Eres una golosa ¿No te bastó lo de anoche?— Una maliciosa sonrisa aparece en mis labios y empiezo a mover mi trasero nuevamente —Más te vale, dejar de mover ese culo desnudo antes que mi autocontrol se acabe.

Me giro para quedar frente a Theo.
Mis ojos se posan en los suyos, los cuales tienen un brillo desconocido. Una sonrisa malvada aparece en mis labios, provocando que una de las cejas de Theo se eleve.

Bajo mi mano hasta su miembro, el cual es demasiado grande para envolverlo. Empiezo a mover mi mano.

—Luego no digas que no te lo advertí— Theo susurra. Una de sus manos agarra mi nuca y me pega a su boca. Nuestros labios se unen en un beso candente y apasionante.

¡Joder Sam! Te vienes levantando y ya vas a hacer el frutifantastico. Eres un caso perdido, me regaño metalmente.

[....]

—¡No te tomes todo mi café!— Rápidamente agarró la taza de café, que Theo tiene entre los labios.

—No te alteres, podemos comprar más— Dice irritado.

—Compra para ti, deja mi café en paz— Hago un puchero y abrazo la taza de café, dramáticamente. 

—A veces creo que físicamente eres una chica de 17...pero mentalmeteuna de 5— Elevo mis cejas indignada, me acaba de llamar infantil.

—Como digas, abuelo de los dinosaurios— Una risa ronca escapa de sus labios.

—¿No se te apetece una sugar Daddy?— Pregunta picaron.

—Un sugar Daddy ¿Te regala cosas, a cambio de....?

—Noches candentes— Contesta picaron.

—Sabes, soy una mujer independiente y no necesito a alguien para que me regale cosas— Theo gira los ojos, irritado.

—Joder, contigo no se puede— Dice mientras niega con la cabeza. Veo como toma mi taza de café y se la lleva a los labios. Antes que pueda protestar, Theo se toma todo su contenido.

Veo cómo pone la taza vacía sobre la mesita de centro, de su apartamento.
Una mirada cargada de odio es dirigida hacia Theo, pero toda mi ira se transforma en burla.

La cara de Theo se encuentra completamente roja, sus labios están entreabiertos. El café se encontraba caliente, eso quiere decir que se ha quemado.

Unas cuantas carcajadas salen de mi boca. Una mirada cargada de odio es dirigida a mi persona por parte de Theo.

—En fin, el Karma— digo mientras me encojo de hombros.

—En fin, el karma— Me imita terriblemente mal.

—¡Yo no hablo así!— Me quejo.

—Yo no hablo así— Me vuelve a imitar.

Veo cómo espera a que vuelva a hablar, pero me quedo en silencio. Agarro mi panqueque y lo muerdo.
Le pongo mala cara, al ver como él también muerde su panqueque, imitandome.

—Y luego dices que yo soy la infantil— Ruedo los ojos.

—Si que lo eres— Dice mientras sonríe inocentemente. Veo como hace una mueca al morder un pedaso de fresa —¡Joder! Ese café, me quemo la lengua y ahora la tengo irritada— Un maliciosa sonrisa aparece en mis labios.

—Eso te pasa por muerto de hambre— Theo me mira mal, pero de pronto sus ojos toman un brillo extraño.

—Acércate— Me dice y me hace una seña con su mano.

Desconfiadamente acerco mi rostro al de él.

Siento como una mano se apodera de mi nuca y tira de mí, para el frente, me toma unos instante asimilar que Theo me está besando.

Mis labios empiezan a moverse sobre los suyos, provocando miles de sensaciones en mi interior.

¡Joder! Me encanta esto.

Siento como su lengua entra a mi boca, cuando esta pega con la mía, un pequeño quejido escapa de sus labios. Con el pequeño rose de nuestras leguas pude sentir como la suya se siente caliente. Sonrió victoriosamente.

Theo de mala gana, se separa de mí.

—¿Que te da risa?— Pregunta irritado.

—Nada— Miento.

—Si y mi abuela es virgen— Dice sarcásticamente.

—¿Ah?— ¡Hablame en español mijo!

—Ni siquiera entiendes el sarcasmo— Pone una mano en su frente sumándole drama al momento.

—Sabes que, vamos a ducharnos— La cara de irritación de Theo cambia a un de prevención en segundos.

—¿No te aburres?— Pregunta. Lo miro con confusión —literalmente hace media hora, hicimos 3 round— giro mis ojos al cielo.

—No te confundas, dije "ducharnos" no otra cosa— Theo  abre la boca para contestar, pero lo interrumpo —Que seas un pervertido, es otra cosa.

—¡Cuidado, virgen María!— Sarcasmo es su segundo nombre— No te hagas la santa conmigo, no luego de lo de anoche y esta mañana, fiera— Me guiña un ojo, provocando que me sonroje.

—Nadie te está preguntando— Digo irritada, mientras tiro de su mano, en dirección a la ducha.

—Me gusta que tengas la iniciativa— Theo dice perversamente.

—¡Ya te dije, que solo nos vamos a duchar!—Miento, porque pervertida siempre.

—Si, si, si lo que digas, Docka— Empezamos a caminar en dirección de la ducha.

Voy a salir gastando a Theo de tanto....Uhmm...."Ducharnos" (noten el sarcasmo)

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¡Bon!

Espero les haya gustado el capitulo JAJAJA por que me divertí mucho escribiéndolo.

Gracias por leer ❤️

Por siempre tuya, DOCKA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora