"Zorra"

560 46 9
                                    

SAM MCQUAID...

Entre más cerca estaba del Tattui, más peligrosa era la zona. Tenía cierto temor de dejar mi auto en la calle, todas las personas quedaban viendo mi auto de una manera aterradora, como cuando tienes mucha hambre y tienes un pedazo de pizza a la vista pero no lo puedes comer, solo mirar. Mi temor es que alguien se pueda comer mi pedazo de pizza.

Bajé de mi auto con cierta inseguridad, pero no tenía que dejar que me miraran así. 

 El edificio de Tattui estaba mugroso, sus paredes estaban descoloridas. La puerta estaba abierta así que di un paso y entre. Conforme más adentro estaba el olor a humedad, cigarro y mortandad aumentaban.

—Confía en Nicolas....Confía en Lucas— susurre para mi misma, trataba de subir mis ánimos. Escuche unas voces que provenían detrás de una puerta al final del horroroso pasillo donde me ubicaba.

Camine más rápido hasta estar frente a frente con la puerta, no sabía si debía tocar o abrir...

 Coji valor no se de donde y abri la puerta, esta hizo un chirrido que me puso más nerviosa de lo que estaba.

Todas las personas que estaban en la pequeña habitación me miraban. Las personas eran como 5 hombres, pero estos eran gigantes, con tatuajes en todo el cuerpo, eran muy aterradores.

Me arrepentí de haber venido tan solo uno de los hombre me miró. En su horroroso rostro se dibujo una sonrisa, que dejaba a la vista sus mugrosos dientes amarillos, tenia una gorra y lucia un pantalon y camisa negra. Tenía una fea cicatriz en la mitad de su cara, que empezaba de su frente hasta su mandíbula...

—¡Miren nada mas que tenemos aquí!— su roca vos acabó con el silencio que se había apoderado de la pequeña habitación.

—Toda una mamasita— otro de los hombres hablo, este era menos tenebroso que el primero, Tenía unas facciones duras y unas cuantas arrugas, pero me parecía igual de desagradable que el primero.

—¿Qué se te ofrece, bebé?— tenía unas ganas de salir corriendo cuando este camino unos pasos hacia donde yo me encontraba. Había una pequeña distancia entre nosotros. Mantuve mi cabeza en alto en todo momento, no iba a mostrar que tan aterrada me encontraba.

Los hombres de la habitación se fueron colocando a mi alrededor, ¿acaso estaban rodeándome?.No quería averiguarlo, tenía que buscar la manera de salir de aquí.

—Vine a hacerme un tatuaje— son tan imponente que ni yo misma me lo podía creer. El hombre con la horrible cicatriz soltó unas sonoras carcajadas.

—¿Un tatuaje, bebé?— juro que la palabra "bebé" la odiaría por el resto de mi vida, de hoy en adelante. El hombre dio un gran paso destruyendo la pequeña distancia que teníamos —pensé que querías divertirte— puso una mano en mi cintura, esto provocó que un terror que nunca había experimentado se apoderaba de mi cuerpo.

—Si me vuelve a poner un dedo encima no respondo, viejo asqueroso— mi cuerpo se estaba apoderando de una ira intensa, tenía ganas de reventarle la boca a puñetazos.

—¿Que vas hacerme, bebé?— la mano que antes tenía en mi cintura bajo hasta mi muslo, una ira que nunca había sentido hizo que el miedo que tenía desapareciera.

—¡ESTO!— le lance un puñetazo a la nariz y seguidamente le di una patada en la entrepierna. El hombre cayó al suelo revolcándose de dolor, aproveche eso para darle un rodillazo en la cara dejándolo inconsciente en el suelo.

Todos los hombres de la habitación estaban sorprendidos por lo que acababa de hacer. Mientras yo solo buscaba la manera de poder salir de aquí, ya que dos hombres estaban obstaculizando la puerta con la cual había entrado.

—Toda una zorra— Uno de los hombres presentes habló, era tan horroroso como el primero, pero este parecía aún más joven, -le calculaba máximo unos 30 años-. Todos los vellos de mi cuerpo se erizaron por lo que el viejo dijo—Le tenemos que enseñar a respetar— hizo una seña con los dedos, y dos hombres me agarraron de mis manos. 

A uno le di un codazo en el estómago provocando que se quedara sin aire y cayera al suelo. Al otro le di con mi puño en su cara, pero este ni siquiera parpadeó, sus grandes manos agarraron las mías dejandome inmovil.

—¡Eres una zorra muy mala!—Dio tres pasos grandes hasta colocarse frente mío, había tan poca distancia entre nuestros cuerpo, que sentía su respiración pegar en mi cara, esto solo hizo que mi estómago se revolviera. —¿En tu casa no te enseñaron modales, pequeña zorra?— le escupí el rostro, este solo se limitó a limpiarlo con sus grandes manos.

De pronto un dolor se apoderó de mi mejilla y mandíbula, el maldito viejo me había dado una cachetada. Mi rostro ardía por el golpe.

—¡MIRA PEDAZO DE ZORRA, TE........!

—Si le vuelves a poner un puto dedo encima te mato— una ronca voz, sono a mis espaldas, no sabia de quien era, yo estaba un poco aturdida por la cachetada que me habian dado.

—Mira lo que le hizo a Dereck— su mirada bajó hasta donde el cuerpo del hombre con la cicatriz, se ubica.

—A mi, me importa una mierda. Sueltala, ¡AHORA!— el hombre que me tenía sujeta aflojo su agarre, aproveche esto para darme la vuelta y darle un cachetada con todas mis fuerzas.

—¡En tu puta vida, me vuelves a tocar!— el hombre se llevó una mano a su mandíbula, el golpe le había dolido.

Mire de reojo  a la persona que había ordenado que me soltaran y era el.....

____________

Holiii, pues bueno este ha sido el capitulo 5.

Jijiji próximamente capítulos con mucha tensión🤝❤️

Gracias por leer ❤️

Por siempre tuya, DOCKA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora