En un mundo donde el poder y el dinero es el pase a la felicidad.
Donde todo gira alrededor de tu cartera.
Donde todo es un mundo perfecto para aquellos con suficiente poder.
Pero alguien quiere acabar eso. Quiere que todos sean iguales. Que no exis...
Quiero abrir mis ojos, para ver su hermoso rostros y lo intento con todas mis fuerzas pero es inútil, no puedo moverme. Ya no siento mi cuerpo.
—Hola— Me saluda. Un nudo se instala en mi garganta, quiero de verdad quiero corresponder a su saludo, pero simplemente no puedo.
Mi pecho duele. No quiero ser pesimista pero siento que esta será la ultima vez que la escuche hablar.
Y eso hace que luche mas, no quiero irme de verdad no quiero.
Por primera vez desde que llegue a este horrible hospital siento una de mis extremidades, siento como Sam delicadamente toma mi mano.
Se fuerte, se fuerte, por ella... por ti.
—Necesito que seas fuerte— Me pide. Y eso hago nena, de verdad lo estoy intentando —No tengo idea de si me escuchas o no, pero necesito que seas fuerte por los dos— Quiero decirle que si la escucho, que se que esta aquí, junto a mi —Por favor, Lucas lucha, se que puedes, tu eres un guerrero, el cual aun tiene que batallar en mas guerras— Escucho su respiración agitada, por las lagrimas.
Nena, por favor no llores, no lo hagas. Tu eres un rayo de luz y necesito que lo sigas siendo. No dejes que esto te apague. Brilla por los dos.
—Puede que pienses que no te quiero, pero si lo hago y mucho. Me duele saber que no puedo corresponder tu amor— No te culpes, a veces no todo es como queremos, nena.
Y yo te amo, hasta el final de mis días, hasta mi ultimo respiro.
Cada vez mi cuerpo pesa mas, me cuesta mas poder mantenerme despierto. Aun no, solo un poco mas, déjame escuchar al amor de mi vida, antes de dejar este mundo.
Un largo silencio se instala en la habitación, tengo miedo de que ya se marche porque aun no estoy listo para despedirme. Pero ella vuelve hablar, provocando que mi corazón se rompa por cada palabra que sale de su preciosa boca.
—Quédate— Me pide con un hilo de voz—Te necesito, porque tu me entiendes, porque eres importante para mi... Lucas te lo ruego, despierta, ¡tu puedes!— Sus palabras tiene un impacto en mi, sus palabras me hacen entender de que aun no es mi momento, que aun tengo muchas cosas que decirle.
Aun no es el momento de irme.
Con todas mis fuerzas, trato de mover mi mano, la primera vez es inútil, pero lo sigo intentando, hasta que lo logro, logro mover un poco mi mano. Escucho como Sam empieza a llorar mas. Así que dejo de hacerlo, lo que menos quiero es oírla llorar.
—Aquí estoy, siempre lo estaré—Dice provocando miles de emociones en mi interior.
Mi pecho duele, necesito verla por ultima vez, necesito decirle cuanto la amo.
Un fuerte dolor me recorre, el dolor de mi cabeza se multiplica por mil, mi corazón empieza a palpitar cada vez mas lento, estoy sintiendo como poco a poco la vida me deja, como mi alma abandona mi cuerpo.
Jamás pensé que mi fin llegaría tan rápido, siempre tuve la ilusión de llegar hacer un viejito amargado. De esos que detestan a los niños. Pero al parecer no podre...
Creo que si las personas supieran el día de su muerte harían tantas cosas, dirían tantas cosas. Y ahora me arrepiento de no hacer tantas cosas, de no valorar todos los momento que he vivido.
Nunca valoramos lo que tenemos, hasta que te das cuenta que cuando mueres es lo único que quieres llevar contigo.
—¿Que sucede?— Sam pregunta aterrorizada, al escuchar el sonido pitante de la maquina que me mantiene con vida.
Nena, por favor, se feliz, tu puedes. Escucho como los enfermeros entran a la habitación.
—¿QUE SUCEDE?— Sam pregunta en medio del llanto.
—Sáquenla de aquí— Pide el medico entrando rápidamente a la habitación.
—¡NO POR FAVOR!...¡LUCAS, LUCHA, POR FAVOR!— Y entonces la sacan.
Lo siento tanto, nena. De verdad lo intenté, luche con todas mis fuerzas, pero ya no puedo mas. Ya mi cuerpo no da para más.
—¡EL DESFIBRILADOR, AHORA!— Pide el doctor.
—Desfibrilador cargado— Dice la enfermera.
Cada vez escucho las voces mas lejos, cada vez mi mente se pone mas negra, cada vez me cuesta mantenerme consiente.
—UNO, DOS, TRES— Primera descarga, pero mi corazón no responde, ya se esta deteniendo —UNO, DOS, TRES— Segunda descarga, pero nada.
—¡Lo estamos perdiendo, doctor!— Una voz lejana informa.
—UNO, DOS TRES...— Pero mi corazón no responde, ya se ha detenido.
Siento como poco a poco, me desvanezco, como poco a poco el dolor desaparece.
El mundo tiene muchas, miles de maravillas en el, pero Sam, es la maravilla de mi mundo. Tan solo ella basta para que todo en mi se mejore, y me duele dejarla. Me duele saber que ya no estaré para ella.
Te amo Sam, se fuerte te lo pido.
Por favor chico que se dice llamar su novio, no dejes que deje de brillar, has que ilumine la oscuridad de otros, como ella lo hizo conmigo.
Se feliz, nena...
Aunque no sea conmigo.
Entonces me deje ir, deje de luchar, para dejar de sufrir.
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