"Mi Lady"

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SAM MCQUAID...

—Llegamos— Darwin me avisa.
Mi mirada viaja al elegante club que tengo enfrente.

—¿Este club es también tuyo?— Pregunto con curiosidad.

—Si— Dice restándole importancia.
Una chispa de admiración se enciende dentro de mí. Tan joven y empresario. Yo lo único que tengo es una pequeña boutique de ropa exclusiva, pero no es la gran cosa.

Veo como alguien abre la puerta de mi costado, sacándome de mis pensamientos.

Mi mirada se posa en un portero que me abre la puerta del auto.

—Señorita— Dice educadamente, dando me paso para salir del auto.
Yo sin ponerle atención salgo del auto. Miro como Darwin también lo hace y le entrega las llaves a un chico, que lo llevará al parqueo.

Darwin camina hasta ubicarse a mi costado. Yo por auto reflejo agarró su brazo.

Empezamos a caminar hacia las dos grandes puertas de la entrada, donde se ubican varios guardias.

Mi mirada se posa en la gran fila que se extiende para poder entrar al club.

—Tienen que hacer fila— Uno de los guardias dice, negandonos la entrada. Mi mirada viaja al rostro de Darwin el cual refleja un sentimiento irreconocible.

—Soy Darwin Howralnd— La cara del guardia palidece cuando Darwin le dice quien es.

—L-lo siento señor. Lo recordaba diferente— Noto como Darwin se tensa.

—Que no se vuelva a repetir— Darwin le advierte a el guardia. Este solo se siente nerviosamente y se aparta para que podamos avanzar.

Darwin no se lo piensa mucho y empieza a avanzar a la entrada del club.
Cuando las dos grandes puertas se abren mi mirada recorre el club.

Es precioso.

El interior es iluminado con luces led. Sus colores sobresalientes son el rosa, rojo, azul marino y violeta, todo el contraste de luces provoca que todo se mire hermoso. En las esquinas hay mesas y algunos sillones. La pista de baile es bastante amplia, se puede observar a varias personas bailando.
Mi mirada sube y miro un gran balcón con mesas, me imagino que esa es la zona VIP.

Darwin empieza a caminar, provocando que mis pies se muevan al paso de los suyos, avanzamos hasta colocarnos frente a las escaleras que llevan al balcón, pero dos guardias impiden nuestro camino.
Miro como la boca de uno de los guardias se abre para hablar pero Darwin lo interrumpen inmediatamente.

—Soy Darwin— El avisa, provocando que la boca del guardia se cierre y se parte del camino.

Sin decir nada más, empezamos a caminar escaleras arriba.
Al llegar arriba miro a todas las personas que se encuentran en las mesas, usan trajes elegantes y vestidos de gala.

En esta zona no cualquiera entra, es bastante exclusiva.

Darwin camina en dirección a una mesa que se encuentra en el fondo de todas, pero es un tanto diferente a las demás.

No son sillas la que la rodea, sino pequeños sillones elegantes. Su mesa es un poco más grande que las demás.
Avanzamos hasta esta, tomó asiento en el pequeño sillón y Darwin hace los mismo, pero en el sillón del frente , quedando frente a mi.

Pasan varios minutos y ninguno de los dos dice nada. Mi mirada está perdida en un amplio pasillo que se encuentra enfrente mio.

—¿Quieres algo de beber?— Darwin habla luego de un rato.

—Una margarita está bien— Digo posando mi atención en él.

—Vale— Darwin levanta su mano derecha. En pocos segundos llega un mesera —Una margarita y una botella del vino más caro— Le dice a la mesera.

Por siempre tuya, DOCKA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora