Por Siempre Tuya, Docka

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SAM MCQUAID...

—Llego el día— Digo con una sonrisa frente al espejo.

Es el día de mi despedida, en unas horas me iré de aquí.

Estoy muy feliz, los chicos han venido a verme.

Ka, Nicolas, Klaus y hasta Katie están aquí.

Me hace mucha ilusión, hace tanto que no estábamos todos juntos.

Tampoco es la mejor ocasión, pero algo es algo. Hasta creo que me estoy arrepintiendo.

Pero mando esas ideas locas a lo mas profundo, nada ni nadie va a dañar mis planes.

—Te ves hermosa— Alguien habla. Observo el reflejo de Ka, frente al espejo.

—¿En serio?— Pregunto con una sonrisa.

—Los vestidos, siempre ha sido tu fuerte — Y si que es cierto, el lindo vestido color negro que tengo puesto remarca mis curvas.

Se que me veo bien, aunque me gusta que me lo digan.

—Bajemos— Ka me dice —Los demás nos están esperado abajo.

—Si— Digo y agarro mi bolso, ya las maletas están abajo —Oye— Llamo a Ka, antes de salir por la puerta de la habitación —¿Ya le diste la carta?— Ka es la única que sabe todo, de su traición y sus mentiras.

—Si. Y no estoy de acuerdo, ese idiota o merece tu tiempo— Y aquí vamos con la misma charla que me ha dado todos estos días —Ya decía yo que tenia algo raro, además se me parecía a alguien— Ya entiendo porque el día de la cita doble Darwin se tenso cuando Ka le dijo que se parecía a alguien.

Hasta ella sospecho, pero no. Yo como soy la burra que se enamora de lo primero que ve y confía ciegamente no note nada.

—Ya se , solo le dije que se fuera al diablo— Ka me mira mal, porque sabe que dice en realidad aquella corta.

—Mejor bajemos, antes que te pegue con un palo— Una pequeña sonrisa aparece e mis labios, por su cometario.

[......]

DARWIN HOWRAND...

La puerta de la oficina es golpeada del otro lado.

—¿Si?— Pregunto.

—Joven Darwin, le llego un correo— Mi entre cejo se frunce ¿Correo?

—Adelante— Digo. Entonces mi secretaria entra a mi oficina.

Luego de que cerraran el instituto, vine a ayudarle a mi padre en casos.
Estoy tras un caso de trata de blancas. Uno que hace meses empecé a investigar.

Que casualidad que me haya encontrado a Sam, en ese lugar. Pero al parecer ella quería hacerse un tatuaje.

Si, aquellos hombres que casi abusan de Sam, cuando esta fue a hacerse un tatuaje, están involucrados en eso. Por eso yo estaba hay es día.

—¿Joven?—La voz de la secretaria me saca de mis pensamientos.

—Si, si— Digo concentrándome.

—Ahí esta el sobre que le llego— Señala una parte de mi escritorio donde reposa un sobre.

—Gracias, se puede retirar— La secretaria asiente y sale de la oficia.
Cuando escucho la puerta cerrarse, agarro el sobre y lo abro.

Una vez abierto, me percato que su contenido esta escrito en lápiz. Es un tipo de carta.

"Hola, Darwin. Espero estés bien.

Escribo esto para decirte la decisión que he tomado. No se si es la mejor, pero es lo que quiero hacer.

He decidió irme...

Me voy a estudiar a una de las mejores universidades, al la cual una parte de mi siempre quiso ir y esta es mi oportunidad.

Espero respetes mi decisión y no me busques, necesito tiempo para sanar la herida que me abriste.

Porque no es fácil para mi despertar y saber que viví en una mentira. Todo era tan perfecto, tan hermoso.... como para que fuera cierto.

Se que hiciste lo que pensaste que era mejor, pero te equivocaste en la parte de meterte conmigo. Yo no tenia nada que ver ahí.

Si necesitabas información de mi, pudiste acercarte como un amigo y no como lo hiciste. O puede que si lo hicieras pero yo mal interprete todo. Pero lo dudo, porque un amigo no me fuese mirado como tu lo hacías, porque un amigo no me besa como tu lo hacías.

Me voy, Darwin...

Y conmigo me llevo todas las esperanzas que se rompieron el día que te vi en esa mesa, en el momento en que me dijiste que todo fue una mentira.

Te amo. Pero no puedo quedarme.
Te perdono, Darwin. Pero no puedo fingir que nada paso, cuando en verdad paso de todo.

Espero seas feliz, que logres conseguir a alguien que te de el amor suficiente que yo no pude darte.

Gracias por tanto y perdón por tan poco.

Hasta nunca, chico misterioso.
                                                                                                                                    Por siempre tuya, Docka.”        

Un nudo se instala en mi garganta por lo que acabo de leer...

¿De verdad se marcha?

Claro que si, dudo que me mienta.
Me levanto de mi escritorio. Camino rápidamente hacia la puerta de salida y salgo.

Me encamino a la salida principal del edifico.

—¿Joven, Darwin?— Mi secretaria pregunta, cuando paso frente a ella.

—Voy a salir, tengo algo que atender— Y sin esperar que me conteste entro a elevador.

No puede marcharse, no sin haber hablado conmigo antes.

_________

Este es el penúltimo capítulo, ahhhhhh estoy demasiado feliz.


Gracias por leer ❤️

Por siempre tuya, DOCKA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora