Pao

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Hola ♥️ Dos avisos importantes

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Hola ♥️ Dos avisos importantes. Uno al comenzar capítulo y otro al final ♥️. Este será rápido. No estaba segura si subir dos capítulos o uno, de hecho pase tres días pensándolo y apenas lo decidí hace cinco minutos le pregunté a mi hermana qué hacer 😂♥️. Quizás es un error, pero creo que es lo mejor para que no se pierda el hilo tras varios días, al ser una novela que se publica por semana es distinto a leer un libro completo. Me esforcé muchísimo por ambos capítulos, tienen más de 5k cada uno, así que les agradecería desde el fondo de mi corazón apoyaran ambos ♥️. Leer sus comentarios en los dos me motivaría mucho y ayudaría a creer que fue una buena idea publicar dos. No tienen una idea de lo importante que es para mí. Gracias de antemano por su apoyo.

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—¿Estás segura de que es una buena idea?

—Hablas como si estuviera a punto de verme con sicario —me reí de su recelo al descender del camión. Aurora tardó un instante en seguirme el paso. Miré a ambos lados antes de cruzar la otra calle, para ser un lunes después de las nueve había mucha gente.

—Pues, es la chica que quiere a tu chico, en términos generales lo es —explicó con torpeza alcanzándome mientras yo revisaba la dirección de la cafetería. No pude evitar soltar una risa al escucharla.

—Primero que todo, Emiliano no es mi chico —aclaré divertida. No pude evitar soltar una risa nerviosa al pronunciarlo—. Además, eso no nos vuelve enemigas —aseguré convencida de que odiarnos por esos temas era una tontería. 

—Si tú lo dices...

—Es cierto que no somos amigas —acepté, dándole la razón—, pero no por Emiliano, sino porque no nos conocemos —dije al dar con el local. Sonreí chasqueando los dedos. No era tan mala como guía turística, supuse que el viaje a la capital ayudó en mi sentido de orientación. El recuerdo agitó mi corazón—. Esta es una buena oportunidad.

—Bien, tienes razón, pero te recomiendo tener cuidado. No sabes cuáles son sus intenciones —me aconsejó preocupada por mi bienestar. Aurora siempre fue la más desconfiada de las dos, la única capaz de ponerle un límite a mi optimismo. Ella me ayudaba con mi talón de Aquiles.

—Lo haré —le agradecí con una sincera sonrisa empujando la puerta—. Además, estoy contigo, ¿no? Nada malo puede pasarme si tengo a mi mejor amiga al lado —aseguré solemne.

—Tu vida está segura bajo mis servicios —dramatizó haciéndome reír a la par me ponía de puntillas para buscarla entre todos los clientes—. De todos modos, no te tardes demasiado con tu "nueva amiga" que tienes que contarme todo lo que sucedió en la capital —repitió ansiosa por los detalles, con una sonrisa traviesa que provocó un cosquilleo en mi interior.

Mordí mi labio para no dejar escapar una sonrisita tonta. Había mantenido aquella emoción contenida desde que descendimos del avión, hace dos días. Era consciente que estaba siendo romántica e irracional, pero no podía, ni quería evitar dejarme llevar por mi felicidad.

El club de los rechazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora