~5~

188 18 0
                                        

Caminé lentamente observando los títulos de los libros que estaban en un gran estante de esta enorme biblioteca, amaba los libros, leer se me daba muy bien.

Estaba en mi hora de descanso junto a Deva, habíamos salido de una clase de magia, no hubo prácticas, sólo escuchamos la teoría como por dos horas, y Deva se quedó dormida en toda la clase.

Tomé un libro que hablaba acerca de los ángeles, de cualquier tipo de ángel, quería saber más a fondo sobre nuestra historia. Caminé hasta el escritorio donde Deva estaba sentada leyendo un libro de combate con una concentración infinita.

—¿En qué página vas?— Pregunté una vez que me senté delante de ella.

—Veinticinco.— Dijo sin levantar su vista del libro y yo asentí.—Todo se ve tan fácil aquí, pero a la hora de pelear soy un completo fracaso.

Yo solté una risita y ella suspiró con frustración.

—No puedo decir lo mismo, a mi las peleas se me hacen fáciles.— Dije abriendo el libro que había traído y observando el primer contenido que hablaba sobre los ángeles de luz.

—Tú tienes fuerza.— Dijo en un suspiro y cerró su libro.—Sabes como utilizar tú fuerza.

—¿Quieres practicar conmigo?— Pregunté levantando la vista para verla un momento y ella asintió frenéticamente como una niña pequeña.—Bueno, al salir de aquí vamos al campo de prácticas, debe estar vacío.

—Supongo.— Dijo ajustando un poco su chaqueta.—¿Quieres algo? Iré a ver que traigo del cafetín.

—Agua, por favor.— Murmuré viendo el libro con atención y ella se marchó.

El primer capítulo hablaba sobre los ángeles de luz, algo que yo ya había estudiado antes, lo principal ya lo sabía, nuestra sangre era blanca, la mayoría tenemos una destreza para irradiar el nuevo mundo entero, una agilidad en los combates cuerpo a cuerpo, somos altos, aunque la mayoría de los ángeles lo eran, la estatura más baja de un ángel era de 1,75.

Deva y yo mediamos lo mismo, que era 1,85, pero Haniel era mucho más alto, diez centímetros más o quizás quince más, no lo sé, pero lo era. Éramos muy buenos a la hora de idear un plan de combate, y en los vuelos solíamos ser los más veloces, aunque yo ni siquiera podía hacerlo, pero en los capítulos que hablaban sobre nosotros, no había uno que dijera sobre la mente del poder, y busqué el capítulo donde hablaba de los ángeles de oscuridad.

La altura mínima de esos ángeles era de 1,90, y eso lo confirmaba de inmediato, porque tengo amigos que son de la oscuridad, y median casi dos metros, y ahora Circe, y Circe era jodidamente alta, quizás tenía la altura de Haniel.

Su sangre efectivamente era negra, y por lo que veo no cambiaban de color en lo absoluto. Ellos podían oscurecer lo que sea, incluso podían desaparecer cosas, muy pocos de ellos podían desaparecer, tenían ese poder peculiar de ir a algún sitio y si no quieren que nadie los vea, ellos desaparecían, pero por lo que dice aquí, hace más de 80 años que no hay un ángel de la oscuridad con ese poder. También dice que pueden emitir un silbido haciendo derrumbar barreras con gran fuerza, incluso podían hacer caer a un ángel que estuviera volando con ese silbido.

Pero tampoco habla de algún ángel de oscuridad con el poder de la mente, y eso me frustraba, quizás debía investigar más.

—Hey.— Escuché una voz a mi lado y me volteo para ver a Circe que tenía un libro contra su pecho.

—Hola.— Le sonreí y ella me correspondió la sonrisa.

Pero estaba totalmente divertida por dentro al saber que Deva podría llegar en cualquier momento y ver a Circe a mi lado, y yo estaba ansiosa por ver su reacción.

ÁNGELESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora