Éramos eternas, éramos.
~Flashback~
Subí rápidamente las escaleras, mi respiración era agitada y podría jurar que me encontraba increíblemente roja por haber corrido desde el jardín de mi palacio hasta mi habitación.
Pero era feliz.
Sí, que lo era.
—¡Amor!—Grité a todo pulmón una vez que entré a nuestra habitación.
Miré a todos lados, el balcón, nuestro armario, pero no estaba.
Hasta que la vi salir del baño con una toalla sobre su cabello secándolo con ese aire tan encantador, su rostro confundido me hizo derretir de amor.
—¿Todo bien, pequeña? ¿Por qué estás tan agitada?—Su voz sonó tan confusa y con ese tono preocupado.
La amo.
Tomé una respiración profunda y cerré mis ojos tratando de calmar mis sentidos, hasta que sentí sus manos calientes tocar mis hombros y hacer que la viera a los ojos. Sus ojos azules se tornaron más claros de lo normal, era ese azul celeste que me encantaba, aunque cambiaban a ese color cuando ella sentía preocupación.
—Me estoy empezando a preocupar Samay, dime qué pasa.—Su voz sonó más preocupada y firme y esa mirada no se despegaba de la mía.
—Circe, todo está bien, sólo que vine corriendo aquí porque se me olvidó algo.—Arrugó sus cejas en confusión y solté una risita para luego darle un suave beso en sus labios rojos.—Eso se me olvidó.
Ella soltó una carcajada y el sonido de su risa majestuosa y elegante hizo que mi piel se erizara por completo.
—Sólo ibas al jardín a decorar tus flores Samay, iba a acompañarte.—Su risa cesó, pero no dejaba de sonreír.—¿Nunca cambiarás, cierto?—Su mirada se suavizó y negué.—Tampoco quiero que cambies, por cierto...—Besó mi frente con delicadeza y sus dedos suaves acariciaron mi mejilla haciendo que suspirara.—Amo cuando estás hecha un desastre, querida Samay.
—¿Por qué?
—Porque es dónde más perfecta eres.
Sabía que mis ojos brillaban cada vez que ella me daba halagos, o cuando me sonreía de esa manera enamoradiza siempre que tomaba mis mejillas entre sus manos y me besaba.
La amaba tanto que era inevitable no amarla.
—También venía a invitarte a una cena.—Sonreí con picardía y rodeé mis brazos por su cuello y ella tomó mi cintura entre sus manos y elevó sus cejas en sorpresa.—Romántica.
—¿Una cena romántica?—Preguntó confusa y asentí.—Cielo, nuestras cenas siempre son románticas.
—Bueno sí.—Concordé.—Pero esta es diferente, en otro lugar.
—¿Ah sí?—Asentí con una sonrisa divertida.—¿Dónde será?
—Es sorpresa, así que sólo debes usar lo que te dejé en el armario, la caja blanca es la tuya.—Ella asintió como toda una niña obediente.—Y no puedes ir al jardín, puedes ir a montar caballo o practicar en el arco con Ariel hasta que sea de noche, porque debes bañarte y cambiarte para cenar con tú reina.
—Entendido, su majestad.
—¿Fui clara? ¿Alguna duda reina Circe?
—¿Después de la cena podríamos hacer el amor?

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ÁNGELES
Misteri / ThrillerÉramos efímeros en el nuevo mundo, una especie que creen leyenda en el bajo mundo, no somos unos ángeles celestiales ni nada como lo pintan ellos, los humanos. Éramos ángeles de luz y de oscuridad, ángeles de agua y de fuego, no estábamos en el nuev...