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—Oye Theo, ¿Quién es Dios?—Preguntó Haniel ladeando la cabeza confundido y todos vimos a Theo esperando su respuesta.

El chico limpió sus lágrimas con un pañuelo negro que Circe le había dado, y él le agradeció con un abrazo amistoso y respiró hondo con una sonrisa.

—¿Son ateos? Respeto las religiones de cada quién, descuiden.—Dijo Theo sirviéndose un trago de otra botella que su líquido era color marrón.

—No somos eso, no entendemos quién es Dios ni que es ser ateo.—Comentó Deva pensativa y me senté en el taburete que estaba a su lado y luego Uriel se acercó detrás de mí abrazándome por la cintura.

—¿En serio son de este mundo?—Preguntó Theo con una risa divertida y tomándose su trago a fondo haciendo una mueca de desagrado.

No Theo, somos del nuevo mundo.

Sólo nos dió curiosidad saber quién es, ¿Es alguien de quién huyes?—Preguntó Haniel viéndolo atentamente y Circe parecía muy concentrada viendo las bebidas y luego tomó la botella que tenía Theo a su lado y la olió y luego le dió un sorbo, y escupió el líquido con una mueca de asco.

Todos la miramos estallando en una carcajada y Circe aún seguía con su mueca de asco y Theo le ofreció una botella de agua, a lo que Circe bebió de inmediato.

—Es ron.—Dijo Theo señalando la botella y Circe levantó la vista y asintió.—Y Dios es un ser supremo ¿Saben? Nunca lo hemos visto, pero es muy poderoso y muy bueno, la mayoría de las personas creen en él, aunque no lo veamos.

—Interesante, ¿Y dónde vive?—Pregunté intrigada.

—En el cielo supongo, con lo ángeles.— Dijo Theo elevando sus hombros y tomando la botella de ron y pegándose a ella.

¿Ángeles? Ese Dios no vive en nuestro mundo.

¿Y cómo son los ángeles?—Preguntó Deva totalmente intrigada pero una sonrisa vacilante adornó su rostro.

—Ni puta idea, dicen que tienen alas y todo eso.—Dijo Theo y nos ofreció su botella, y la única que aceptó fue Deva.

Uriel me dió un beso en mi mejilla y le sonreí de enseguida.

—¿Dónde se están quedando?—Preguntó Theo saliendo del bar y acercándose a una pared donde había un panel y tecleó unos botones y luego el apartamento se oscureció y varios luces de distintos colores comenzaron a aparecer y una música un tanto rara empezó a sonar.—¡Tengo una discoteca amigos!

Theo caminó tambaleándose hasta nosotros y tomó la botella pegándose a ella y Circe lo tomó de su espalda aguantándolo para que no caiga.

—¿Qué música es esa? Es muy buena.—Dijo Deva moviendo la cabeza al ritmo de la música y quitándole la botella a Theo para beber un gran sorbo de ella.

—Electrónica, amo ese género musical.—Respondió Theo.—Oye chica alta, ayúdame a subir.—Señaló la barra y Circe lo miró confundido y luego Uriel extendió su mano a Theo para que las tomara y Circe lo elevó hasta la barra y Uriel lo ayudó finalmente a subir.—¡Bailemos!

Theo está como raro.

¿Qué contienen esas botellas?—Pregunté viendo a Haniel.

—No sé, pero lo ponen feliz.—Dijo Haniel mirando a Theo que comenzó a mover su cuerpo de manera extraña y la botella estaba en su mano y luego bebió de ella.

Y para completar, Deva se unió a él y comenzó a bailar como él lo hacía.

Esa escena era totalmente divertida.

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