ÁNGELES

~16~

El dolor.

La sangre en mis manos, sus ojos blancos y los cuerpos sin vida, retumbaban en mi mente.

¡Despierta!

Mis ojos se abrieron lentamente, sentía mi cuerpo pesado al igual que mis párpados, mis manos estaban limpias, y me levanté cuidadosamente.

¿Qué habitación es esta?

Era una habitación de color azul claro, muy cómoda y elegante, había un gran ventanal a mi lado izquierdo, y estaba en una cama grande yo sola.

Y luego la puerta se abrió.

—Amiga Samay, ¿Cómo estás?—Theo entró con un vaso de agua en su mano y se acercó a mí.

¿Y mis amigos? ¿Por qué Theo parece despreocupado?

Él me dió el vaso y una píldora blanca y la tomé dudosa.

—Es para el dolor de cabeza, Haniel me dijo que te golpeaste fuerte la cabeza cuando te caíste del mueble.—Dijo Theo con una sonrisa amable.

Yo no me caí del mueble.

—Theo, ¿Y mis amigos?—Pregunté y justamente Uriel entró a la habitación.

Su ropa estaba cambiada por una más deportiva, tenía su cabello revuelto y sus manos estaban rojas.

—Los dejo para que hablen, los estaré esperando para ir a desayunar.—Dijo Theo con una sonrisa amable y Uriel le sonrió asintiendo.

Luego Theo salió y cerró la puerta detrás de él.

—Uriel, ¿Qué carajos?

—Calma Samay.—Comenzó a decir Uriel suavemente y sentándose a mi lado.—Circe y tú se desmayaron, de repente todo volvió a su normalidad, los humanos volvieron, y tuvimos que llevarlas de nuevo al apartamento, y lo más raro es que el apartamento estaba intacto como si nada hubiera pasado, y luego regresamos por Theo, y cuando lo encontramos él estaba pidiendo la pizza muy normal, como si nunca hubiera desaparecido.

—Que mierda...—Murmuré ida.

—No entendemos nada.—Murmuró Uriel pensativo.—Pero actúa normal, Theo está muy emocionado dijo algo de llevarnos a comer y luego ir de compras, no sé que es eso.

—¿Y Circe?—Pregunté rápidamente.

Uriel bajó la cabeza y tomé su barbilla para que me viera.

—¿Dónde está Circe?—Pregunté viéndolo fijamente.

—Circe no tiene pulso, no despierta Samay.—Murmuró Uriel con su rostro triste.—Está en la habitación de al lado, estábamos esperando que despertara y fueras a ver que ti...

No terminé de escuchar lo que dijo cuando salí corriendo de la habitación en busca de ella, caminé hasta la habitación de al lado y abrí la puerta y luego la cerré con seguro.

La vi en la cama, totalmente inconsciente, su piel estaba tan pálida y sus labios rojos como la sangre de los ángeles de fuego, su cabello blanco cenizas estaba esparcido un poco por la almohada y algunos mechones por su frente.

Ella parece muerta.

Me acerqué hasta ella y tomé su mano, cerré mis ojos aún con el dolor de cabeza punzar con fuerza en mí, no me importó, y sólo usé mi poder para despertarla, sanar sus heridas internas y de pronto...

Circe tosió y se inclinó hacía al otro lado comenzando a expulsar sangre de su boca, se ahogaba en su propia tos y me subí a la cama dándole pequeñas palmadas en su espalda, y ella botaba toda esa sangre negra de manera desgarradora.