ÁNGELES

~7~

Duele.

Duele mucho.

¡Maldición mi cabeza!

Abro mis ojos lentamente con dificultad sintiendo las grandes punzadas retumbar en mi cabeza, haciendo que gimiera de dolor y mi rostro contorsionarse en muecas de dolor.

Traté de adaptarme un poco al lugar en el que me encontraba, y me di cuenta que estaba en mi dormitorio, sólo la luz del día reflejaba la habitación por los ventanales de la terraza, buscó a mi alrededor para ver si alguien está conmigo pero no había nadie, y me fijé en los dos libros que había dejado en la grama en el campo de prácticas, y ahora estaban en mi mesita de noche.

Pero escucho un gruñido de dolor proveniente de la cama de Deva.

Trato de levantarme de la cama y casi me caigo de culo una vez que estuve de pie, me apoyé del barandal de mi cama y cerré mis ojos lentamente tratando de calmar un poco mi dolor y lograr mi estabilidad. Luego los abrí y a pasos torpes y lentos caminé hasta la cama de Deva y veo que Circe está ahí acostada con sus ojos cerrados pero gruñidos silenciosos y dolorosos provenían de su boca.

—¿Circe?—Pregunto con cierta dificultad en un susurro y finalmente llego hasta la cama de Deva y me siento al lado del cuerpo de Circe.

Ella no abrió sus ojos, pero se retorcía en la cama dolorosamente.

—¿Samay?— Su voz sonó extrañamente ronca, porque su voz solía ser suave y delicada.

Me iba a acercar un poco más para tratar de tomar su rostro y hacer que abriera sus ojos, pero luego su mano derecha tocó la mía.

Pero ¿Qué carajos?

—¡Circe!— Grité.

—¡Samay!—Gritó.

Algo hizo explosión, mi respiración era dificultosa, y mis piernas dolían horriblemente, como el maldito mundo vacío donde habitaban los demonios.

Trato de levantarme del suelo, y mi ropa está toda sucia manchada con tierra y un color negro que no logro identificar que es, comienzo a toser fuertemente por el humo que provenía del interior de Lysengler.

¿Qué está pasando?

¿Dónde está Deva y Haniel?

¿Por qué estoy adolorida y sucia?

Me levanto del suelo y camino lentamente hasta salir del pequeño hueco en el que estaba, pero mierda.

Como un demonio...

Todo era caótico, desastroso, habían ángeles en el aire combatiendo a muerte contra demonios, unos estaban en el suelo ya muertos, y Lysengler estaba en llamas, todos corrían combatiendo a los demonios que llegaban y usaban sus poderes contra ellos.

Agua.

Fuego.

Luz.

Oscuridad.

Todo es un caos, no puede ser.

¿El ángel de la muerte está aquí? ¿Esto está pasando?

Una oleada de agua me tumbó contra el suelo haciendo impactar mi cuerpo con fuerza, pero luego abro mis ojos rápidamente y busco aire con desesperación para respirar.

—¡Samay ven!— Veo a Uriel correr hasta a mí y extendiendo sus brazos para que llegara hasta él.

Pero luego algo puntiagudo y largo cruza por su espalda y pasa por su pecho dolorosamente haciendo que Uriel cayera de rodillas botando sangre por la boca, y muriendo al instante.