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Esto no tiene que ser real.

Por favor, no.

Circe tenía su mirada cabizbaja, sus manos entrelazadas mientras las gotas de la lluvia caían al suelo. Todos estaban a la espera de algo, pero sólo la lluvia y los grandes relámpagos era lo único que se podía escuchar.

Ah, y mi respiración agitada.

Hades estaba frente a nosotras con una mirada seria, se veía molesto y bastante irritado luego de lo que acaba de decir de Circe.

Podía sentir a Haniel y Deva detrás de mí con una expresión de asombro y miedo, y yo estaba estática sin poder mover un músculo y sólo viendo a Circe con mis ojos llenos de lágrimas.

—Dime que no es cierto.—Murmuré cerca de ella viéndola con súplica.

Circe respiró hondo y se giró para verme.

Esos ojos azules destellaban rayos eléctricos y eso era fascinante, se veía molesta y mostraba cansancio, como que si en algún momento fuera a explotar.

—Samay...

—¡Dime si es cierto!—Le grité desesperada y furiosa.

—Es cierto.—Respondió.

Sentí como mi corazón estaba siendo martillado dolorosamente. Ella se acercó a mí pero retrocedí dos pasos atrás.

—No quiero que me toques.—Dije viéndola fijamente a los ojos sintiendo como mis lágrimas caían y sintiendo las miradas de todo el mundo.

—Te diré toda la verdad, pero necesito que me escuches.—Me dijo viéndome con súplica.

—Me estoy irritando.—Escuché decir a Hades y ni siquiera me volteé a verlo.—No es momento para esto.

—¡Tú cállate!—Le grité.

Él se enfureció de una manera muy esperada para mí, todo nuestro alrededor se oscureció y la lluvia cesó, los demonios se alzaron y grandes bolas de fuegos comenzaron a caer del cielo, y los ángeles comenzaron a defender nuestro mundo.

El rey Sión voló hasta el ángel de la muerte y lo enfrentó una vez que quiso venir hasta a mí y matarme, pero él se interpuso y comenzó a batallar contra él como nunca antes lo había visto hacer. Todo se volvió un caos, un maldito caos.

Deva y Haniel fueron atacados por varios demonios pero ellos no se quedaron estancados y se defendieron. Todo nuestro alrededor era una maldita guerra, y yo sólo estaba parada ahí viendo todo mientras mis lágrimas caían en silencio y Circe estaba frente a mí viéndome en todo momento.

Nuestras miradas se conectaron, y ahí en ese preciso momento sentí que a mi izquierda venía lleno de rabia Hades contra mí y su espada, pero algo dentro de mí se apoderó de una manera que jamás sentí.

Cuando él estuvo a punto de incrustar su espada en mí, no hizo falta que me moviera, sólo lo miré llena de seriedad y una rabia que jamás podía sentir.

Su espada cayó al suelo, y en mi mano derecha sostenía su cuello con una fuerza sobrenatural, nuestras miradas no se despegaban, y yo sólo quería matarlo de la manera más agonizante posible.

—¿Es todo lo qué tienes para mí?—Le pregunté con seriedad mientras mi agarre se hacía más fuerte.

Él tenía sus manos en mi brazo tratando de zafarse del agarre, y sus ojos estaban rojos inyectados de rabia.

—Tú...—Hablaba con dificultad y no podía dejarlo de ver con tanta rabia.—Eres lo peor.

—Seguramente lo soy.

ÁNGELESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora