Me levanté una vez que Circe y Deva lo hicieron, íbamos al campo de prácticas, a darle una pequeña lección a Deva, y de verdad estaba increíblemente divertida por ver a mi amiga tan nerviosa, es que era increíble de verdad.
¿Deva nerviosa?
Si me lo hubiesen dicho antes de venir a Lysengler, quizás hubiese abofeteado a quién me lo haya dicho.
Pero es real, Deva caminaba con dificultad, y sus manos no podían estar tranquilas, y eso que Circe iba adelante, y nosotras detrás de ella, y agradecí internamente que ella no la estuviera viendo.
Salimos de la biblioteca y caminábamos hasta el campo de prácticas, usé mi poder para decirle a Haniel que fuera hasta allá, pero una vez al terminar de hacerlo, me sentí un tanto cansada, y aquella situación no me estaba gustando.
—Samy, ¿Me veo bien?— Deva me preguntó en un murmuro mientras caminábamos detrás de Circe.
—Siempre te ves bien, pícara.— Le guiñé un ojo y eso pareció calmarla, porque soltó un suspiro de alivio y solté una risita por verla así.
Circe llevaba sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón mientras caminaba de una manera elegante, no iba a culpar a Deva, es que Circe era increíblemente llamativa, demasiado a decir verdad. Hasta su manera de caminar podía dejarte embobado, no era mi caso, pero lo reconocía perfectamente.
Yo me consideraba bonita, lo mismo decía de Deva, mi autoestima no era para nada baja, pero estaba completamente segura de que Circe era el ángel más hermoso que alguna vez haya visto, de manera femenina lo era, y le tenía envidia de la buena. Ella era bellísima en todos los aspectos, su manera refinada al hablar te dejaba cautivado, su educación era algo que no podía perder ni por un segundo, y la manera de como su cabello se movía al compás del viento la hacía muy interesante, pero por favor hablemos de la altura de ese ángel.
¡Es que era malditamente alta!
Nosotras lo éramos, pero Circe sobrepasaba ese nivel de altura para nosotras.
Nota mental: preguntarle a Circe su altura.
Vimos a Haniel sentado en la grama moviendo un palito en forma de círculo, y al vernos se levantó rápidamente dando un salto y una sonrisa enorme adornó su perfecto rostro.
—¡Esposas!— Exclamó con alegría al vernos.
—¡Esposo!— Exclamamos Deva y yo al unísono y corrimos a sus brazos.
Él nos envolvió en sus brazos y como siempre nos estrujó de manera juguetona y nos dió a cada una un gran beso en la mejilla, y luego nos soltó con delicadeza y miró a Circe que estaba de pie viendo la escena de nosotros con una pequeña sonrisa.
—Oh, Haniel ella es Circe, una nueva amiga.— Le dije presentándola y él extendió su mano hacía ella.
—Un placer.— Dijo Circe estrechando su mano con esa educación intacta y Haniel le sonrió.
—El placer es mío.— Dijo Haniel y luego soltó su mano con delicadeza.—¿Y bien? ¿A quién le patearemos el culo esta vez?
—A mí.— Murmuró Deva con vergüenza y Haniel soltó una carcajada y la tomó del cuello atrayéndola a su pecho de manera juguetona.
—Te enseñaremos todo lo que sabemos, esposa.— Escuché decir a Haniel y Deva alborotó su cabello como siempre solía hacerlo.
Ellos entraron al centro donde solían practicar los combates, y yo dejé los dos libros que tenía contra mi pecho en la grama, el que hablaba de los ángeles y el que Circe me había prestado.
ESTÁS LEYENDO
ÁNGELES
غموض / إثارةÉramos efímeros en el nuevo mundo, una especie que creen leyenda en el bajo mundo, no somos unos ángeles celestiales ni nada como lo pintan ellos, los humanos. Éramos ángeles de luz y de oscuridad, ángeles de agua y de fuego, no estábamos en el nuev...