Capítulo 37

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Tras ultimar todos los detalles ambas tripulaciones se despidieron, prometiendo encontrarse dos semanas después en Atlur. A pesar de los riesgos que conllevaba, sobre todo para Hikaru, acordaron que sería ella la que lideraría el ataque a la tripulación de Kenji. Era su derecho y su obligación ser la persona que reclamara aquel navío que le había sido arrebatado trece años atrás.

Los mugiwaras regresaron al Sunny, aunque a Hikaru no le pareció el mismo lugar de siempre. Hasta aquel momento su presencia allí le había parecido irreal, nunca pensó que ese fuera su sitio, pero ahora que por fin había sido sincera con sus nakamas y sobre todo con ella misma, lo sabía: aquel barco, aquellas personas que ahora mismo la rodeaban, eran su hogar.

-Llegué a pensar que nunca volvería a pisar esta cubierta.- confesó Hikaru más en un susurro para sí misma que para el resto.

-Este es tu lugar, Hikaru. Nunca lo olvides.- dijo Nami abrazándola.

El sol caía al otro lado del horizonte, tiñendo de naranjas y violetas el cielo de la isla que una vez vió nacer al padre de aquella chica, que hoy por fin había encontrado su lugar en el mundo. Es más, se había encontrado a ella misma y a partir de ese día nunca olvidaría quién era y cuál era su propósito en la vida: honrar la memoria de su padre, haciendo lo que él mejor sabía hacer. Cuidar a su pueblo y a su familia. 

-Chicos se que ya os lo he dicho muchas veces a lo largo del día, pero quería agradeceros todo lo que habéis hecho por mi desde que me conocisteis. 

-No tienes que agradecernos nada, Hikaru~chan. Es un placer poder ayudar a una dama como tú. - dijo Sanji mientras besaba delicadamente la mano de la chica. 

Zoro se tensó ante el gesto del cocinero, lo que provocó una suave risa en la chica. Hikaru no desaprovechó la oportunidad de poner celoso al espadachín y abrazó a Sanji cariñosamente. 

-Muchas gracias, Sanji. Siempre sabes cómo sacarme una sonrisa. - confesó, guiñandole un ojo. 

La voz de Luffy interrumpió el momento de complicidad entre Hikaru y el cocinero, haciendo que Zoro relajara la tensión que estaba acumulando en sus músculos. 

-¡Sanji necesitamos carne para celebrar el regreso de Hikaru! - gritó el capitán. 

-Eso está hecho. ¡Marchando un banquete para mi encantadora Hikaru! - Sanji puso rumbo a la cocina y el resto siguió sus pasos. 

Hikaru contenta por volver a formar parte de aquellos pequeños momentos se dispuso a seguir al resto de sus nakamas a la cocina del Sunny, pero una fuerte mano la retuvo por la cintura. 

-Parece que estás encantada con los ridículos cumplidos del cejillas, ¿no? - le susurró el peliverde a su espalda.- Pensé que estábamos de acuerdo en que a ti no te gustaban los caballeros. 

Un escalofrío recorrió la espalda de la chica. A pesar de todo lo que había pasado entre ellos, su cercanía la seguía poniendo nerviosa. El aliento del chico en su nuca la estaba volviendo loca y el deseo de girarse y besarlo le nublaba los pensamientos, pero le había asegurado que aguantaría sin acercarse a él, así que seguiría manteniendo la distancia. 

-Tienes toda la razón, Roronoa, no me gustan los caballeros, - respondió tranquila sin girarse para mirarlo- pero ¿sabes lo que sí me gusta? 

-Sorpréndeme. - volvió a susurrarle cerca de su oreja. 

Ahora sí, la chica se giró lentamente, rozando su cuerpo contra el del chico, provocando que éste la acercara más hacia él con el brazo con el que la rodeaba. 

-Lo que de verdad me gusta es ver lo celoso que te pones cuando otro hombre se interesa por mi. - confesó cerca de los labios del espadachín- Me encanta ver cómo se tensan los músculos de tus brazos, - susurró mientras los recorría ligeramente con sus dedos- cómo tu respiración se acelera, cómo aprietas la mandíbula… - la chica fue dejando besos provocadores desde el mentón del chico hasta su cuello, provocando que este soltara un gruñido de placer. 

-Hikaru…- suspiró - si sigues así no voy a poder controlarme. - dijo intentando mantener la calma. 

-¿Ah, no? ¿Y qué pasaría si perdieras el control? - preguntó de forma seductora mientras lo miraba a los ojos. 

Zoro sabía que la chica lo estaba retando, pero no quería caer en sus provocaciones. Antes de volver al barco habían apostado quién sería el primero en acercarse al otro y él no iba a ser quien cayera en la tentación. Si Hikaru quería jugar con él, que se preparara porque no pensaba quedarse atrás. 

-No dudaría ni un segundo en arrancarte la ropa y hacerte mía aquí mismo. - sonrió de medio lado al ver el efecto que sus palabras tuvieron en la chica. 

-Una tentadora oferta, sin lugar a dudas,- contestó la chica enredando sus dedos en el pelo del espadachín, acortando la escasa distancia que los separaba- pero por desgracia para ti, no me acuesto con el "enemigo". - sentenció, enfatizando esta última palabra sobre sus labios. 

Hikaru se zafó del agarre del chico y se encaminó hacia la cocina, enfatizando el movimiento de sus voluptuosas caderas, en una silenciosa invitación al espadachín para que la siguiera. 

-Esto no va a quedar así, Hikaru. - concluyó Zoro, fastidiado por no haber podido poner fin a esa tensión entre ellos y a la vez ansioso por continuar con aquel divertido juego. 

¡Hola chicos! Sé que ha pasado muchísimo tiempo desde la última vez que actualicé, pero con los estudios y todo lo de la pandemia me cuesta encontrar un hueco para escribir, espero que me perdonéis 😢

¿Qué os ha parecido el capítulo? Estoy ansiosa por saber si os ha gustado, así que decidme que os ha parecido en comentarios ❤️❤️❤️❤️ Gracias por seguir ahí y bienvenidos a los nuevos lectores 😘

Verdad oculta [One Piece fanfic. Zoro x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora