Capítulo 20

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Hikaru yacía pálida en una camilla. El veneno y la pérdida de sangre habían disminuido sus fuerzas, pero eso no la hizo cejar en su empeño. Estaba dispuesta a donar su sangre al espadachín, sin importar las consecuencias.

-Tendremos que hacerlo poco a poco, Hikaru. Si te extraigo demasiada sangre de una vez, podrías morir.- la informó Chopper con cara de preocupación.

-Haz lo que tengas que hacer, Chopper,-dijo dedicándole una mirada al peliverde.- pero tienes que prometerme que harás todo lo posible por salvarle.

La chica estaba empeñada en salvar al chico; él la había salvado de una muerte segura y ella se sentía en deuda. Aunque quizás la necesidad por ayudarle no se debía sólo a eso, desde hacía un tiempo Hikaru se sentía más unida al espadachín. Desconocía el motivo por el que se sentía así, pero de algo estaba segura, desde que conoció al chico ya no se sentía tan sola.

-Está bien, te lo prometo.-Chopper introdujo poco a poco una aguja bajo la piel de la chica, dejando que la sangre fluyera.

La tripulación deambulaba de un lado a otro de la cubierta, siempre con la mirada fija en la enfermería. Todos esperaban a que el reno saliera a informarles del estado de sus nakamas, aunque ya habían pasado varias horas desde que supieron algo sobre ellos.

-¿Luffy?-llamó su atención la pelirroja.

La chica se acercó a su capitán, quien se encontraba sentado en la barandilla del barco con la mirada fija en el horizonte.

-Luffy, Zoro se pondrá bien. Es muy fuerte, todos lo sabemos.-añadió la chica con tono tranquilizador.

-Debí haber llegado antes.-contestó en voz baja.- Esto no hubiera pasado…

-No es tu culpa, Luffy.-dijo intentando convencerle.

De repente, la puerta de la enfermería se abrió. Todos corrieron a ver qué decía el médico, que parecía traer noticias esperanzadoras.

-¿Están bien? ¿Se recuperarán?-preguntó Franky atropelladamente.

-Zoro mejora poco a poco y Hikaru va a necesitar mucho descanso, pero parece que todo va a mejor.

Chopper les dijo la verdad, el espadachín estaba mejorando y Hikaru estaba exhausta, aunque no les contó el motivo real. Le había extraído casi un litro de sangre a la muchacha para poder transfundirselo al espadachín, pero nadie podía enterarse.

-Yo sabía que Zoro se recuperaría.-exclamó contento el capitán, provocando un pinchazo de culpabilidad en el corazón del renito.

-Al fin una buena noticia.-contestó Sanji, encendiéndose un cigarro.

Un pitido comenzó a escucharse por toda la cubierta. Nadie sabía de dónde provenía ese ruido, ninguno excepto Chopper. Una de las máquinas que estaba monitorizando a los chicos comenzó a sonar, advirtiendo de que algo no iba bien.

-Quedaros aquí. No entréis en la enfermería.-gritó Chopper mientras se apresuraba a entrar en ella.

-¿Qué es lo que pasa?-preguntó Nami aterrorizada, aunque no obtuvo respuesta. La puerta ya se había cerrado.

El doctor entró en la habitación encontrándose con una situación angustiosa. Zoro estaba tumbado en la camilla y parecía seguir inconsciente; el problema no era él. El motivo por el que la máquina había comenzado a sonar era ella. Hikaru estaba convulsionando, su ritmo cardíaco había aumentado descontroladamente, probablemente intentando bombear la poca sangre que quedaba en su cuerpo.

Chopper tuvo que transformarse en su forma humana para sujetar a la chica y evitar que se hiciera daño. Las convulsiones eran cada vez más fuertes, por lo que al doctor no le quedó más remedio que inyectarle un relajante muscular para intentar que parase.

Poco a poco los ataques fueron parando hasta que la chica quedó inmóvil, haciendo que el pitido de la máquina volviese a sonar. Esta vez el sonido indicaba algo peor, ese sonido agudo y continuo que a nadie le gustaría escuchar si se tratara de un ser querido. El corazón de la muchacha se había parado y no daba señales de que fuese a volver a funcionar.

Chopper entró en pánico, cogiendo rápidamente un desfibrilador. Destapó rápidamente el torso de la chica y aplicó una descarga sobre él. Una...dos...y hasta tres descargas, pero el resultado fue el mismo. Hikaru no respondía...estaba muerta.

El renito se negaba a aceptar que había fallado. La chica había muerto y era todo su culpa. Luffy se lo prohibió y él le desobedeció. Nunca debió haberla puesto en peligro. Era su culpa...había fallado...ningún médico pondría a un paciente en peligro para salvar a otro.

Un destello iluminó la pantalla del monitor. La línea recta que indicaba el fin de la vida de la chica cambió, solo por una milésima de segundo. Un pequeño pico casi imperceptible apareció en la pantalla, indicando que no todo estaba perdido. Una nueva descarga y la vida volvió a latir en el corazón de Hikaru.

Hola chicos, estoy de vuelta😄😄 El capítulo de hoy es un poco más corto, pero no queríahaceros esperar más.

¿Pensábais que iba a dejar morir a alguno de los dos? Por suerte no lo he hecho, ¿verdad?

Os veo en el próximo capítulo, espero vuestros comentarios ❤️❤️

Verdad oculta [One Piece fanfic. Zoro x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora