Capítulo 2

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La puerta de la taberna se abrió, dejando ver tras ella a un grupo de hombres que hacía mucho que no pisaban aquella isla.

La gente del pueblo que se encontraba allí comenzó a intercambiar miradas de preocupación y a apartar la vista de ellos, evitando así que esos temibles hombres se fijaran en alguno de los presentes.

Hiromi no se percató de su presencia hasta que contempló perpleja como la pequeña Sora se acercaba a ellos, captando la atención del que era el líder.

- Señor, ¿qué quiere tomar?- preguntó inocentemente la niña, sin ser consciente del grave error que estaba cometiendo.

-¿Estás hablando conmigo, renacuaja?-inquirió despectivamente.

-Sí, ¿quería saber que va a...-respondió sin poder terminar de hablar.

Hiromi observó la escena como si hubiera ocurrido a cámara lenta. La niña se acercó a hablar con él. Él se dió cuenta de su presencia. Sora empezó a responder pero no pudo terminar. Un instante después, estaba tirada en el suelo.

El resto de espectadores no quiso tomar parte en el asunto, pese a que conocían a Sora desde que nació, ya que siempre había sido el alma del pueblo. Era tal el miedo de la gente, que continuaron comiendo como si nada hubiera pasado.

Los únicos que no pensaban quedarse quietos eran aquellos chicos a los que Hikaru había atendido. Tan pronto como ese hombre empujó a la niña, el chico del sombrero de paja se levantó para defenderla.

En el momento en el que iba a intervenir, algo impactó justo al lado de la cabeza de aquel hombre. Una daga.

- Kenji, te juro que como vuelvas a ponerle una sola mano encima a Sora, pienso apuntar a tu cabeza.- amenazó Hikaru, quien no había podido evitar que atacara a la pequeña.

-Vaya, vaya. ¿Quién tenemos aquí? Ah sí, cuánto tiempo. Estás hecha toda una mujer, Hikaru.- dijo mirándola con lascivia.-

-Serás cerdo.-le insultó mientras le encaraba.

-No he venido a verte a ti, así que apártate.- la empujó.

-No pienso moverme ni un centímetro.

La paciencia de Kenji se estaba agotando, así que decidió decirle a Hiromi lo que había ido a hacer allí desde su posición.

-Hiromi, he venido a buscar todo el dinero del alquiler que no me has pagado desde que tomé el control de la isla. Son, exactamente, 120.000 berries.

-No pienso darte nada Kenji. No eres nadie en este pueblo para exigirle dinero a la gente por sus negocios y menos después de todas las barbaridades que has cometido.-le acusó de forma tajante.

- Hiromi, vamos a hacerlo por las buenas, porque sino, ya sabes lo que le pasó a Megumi ¿no?

Hikaru no pudo resistirse y volvió a entrometerse. No iba a permitir que un ser tan despreciable como él extorsionara a alguien del pueblo y mucho menos a su madre.

-Ni mi madre ni nadie va a pagarte una sola moneda. Así que ya podéis iros, tú y los inútiles de tu tripulación, si no queréis que os eche yo misma.- les amenazó Hikaru, de una forma tan seria que hasta ella misma se sorprendió.

Este último comentario enfadó tanto a Kenji que la tiró al suelo de una bofetada. Todos allí se sorprendieron, parecía que no había tenido suficiente con la pequeña, que ahora iba a atacar a la mayor.

-No me obligues a acabar con esto Hikaru.- la miró condescendientemente.

-¿Qué vas a hacer?¿Me vas a matar?-gritó desde el suelo.-Qué más da una muerte más ¿no? Ya estás acostumbrado.

-¿Tan poco valoras tu vida? Te expones a que te mate sin ni siquiera poner resistencia, pensé que eras más valiente.

-¿Valiente? Si no lo fuera, no te retaría a hacerlo.-respondió desafiante.- ¡VAMOS MÁTAME!- vociferó mostrando toda la rabia que había estado conteniendo.

Nadie sabía qué hacer ante tal situación; Hikaru estaba pidiendo que la matara como si de cualquier cosa se tratara. Hiromi, estaba paralizada, la vida de su hija dependía de aquel hombre y ella no era capaz de hacer nada.

Los compañeros del chico del sombrero no comprendían nada; no podían entender qué era lo que pretendía la chica con todo aquello.

-¡Te estoy diciendo que me mates! No creo que te tiemble el pulso, ya lo has hecho más de una vez.

Kenji sacó su pistola y apuntó directamente a la cabeza de Hikaru. La mirada impasible de ésta le hizo dudar durante un segundo, pero él no iba a ceder. Esperaba que la muchacha se echara a llorar, implorando por su vida, hasta que se dió cuenta de que eso no iba a ocurrir.

-Capitán, esto no es necesario. No creo que deba hacer eso y menos sabiendo quién es ella.- intervino uno de sus hombres, intentando frenar aquella locura.

- Claro que es necesario. Ella misma se lo ha buscado y si quiere morir, que así sea.

Apuntó a la cara inexpresiva de Hikaru y apretó el gatillo. Un disparo. Un grito. Silencio.

¡Hola!😄😄 Espero que os esté gustando la historia. ¿Qué pensáis que pasará en el próximo capítulo? Me gustaría saber qué opináis, así que no dudéis en dejarmelo en comentarios.

Nos vemos el viernes que viene en el próximo capítulo.😘😘

Verdad oculta [One Piece fanfic. Zoro x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora