Capítulo 28

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Se quedó parada en el muelle, sin poder quitarse de la cabeza el beso que le había dado el espadachín. Sabía que no podía distraerse, pero allí se encontraba ella, ansiando cada una de las partes del cuerpo del peliverde, sin ni siquiera recordar la misión que debía llevar a cabo.

-¡Hikaru! ¿Vienes o no?- le gritó Nami desde la distancia, haciéndola reaccionar.

-Ehh.. sí, claro.- contestó automáticamente.

Echó rápidamente a andar hasta que alcanzó a las otras dos chicas. Debía pensar como escabullirse de allí, sin que ninguna notara nada extraño.

-Oye chicas, me acabo de acordar de que quería ir a la librería a comprarme algún libro para leer. ¿Os importa que vaya ahora?-dijo intentando sonar lo más convincente posible.

-No hay problema, aunque podemos acompañarte cuando terminemos nuestras compras.-contestó Robin.

-No os preocupéis de verdad, comprad vosotras tranquilas. Además, Nami siempre se entretiene regateando con los dependientes.- rió.

-Vale, pero ten cuidado. No sabemos si la Marina puede aparecer.-le pidió Nami.

-La Marina no vendrá, no os preocupéis. Esta isla está repleta de piratas, es su punto de reunión.

-¿Y cómo sabes eso?- preguntó Robin.

-Lo escuché por ahí.- dijo sin darle importancia.- Bueno no os entretengo más, me voy ya.

La chica se despidió de sus compañeras y emprendió el viaje hacia el centro de la ciudad. Aquella ciudad era enorme y aunque su familia era de allí nunca había estado, así que le costaría más de lo pensado encontrar la dirección. Debía ser cuidadosa, no sabía si se podía encontrar por allí a alguno de sus nakamas o incluso, a alguno de los subordinados de Kenji.

Aunque estaba alerta, Hikaru se recreaba en el camino, admirando la belleza de aquella ciudad. Los edificios, las tabernas a rebosar, los puestos de comida del mercado, los niños jugando a ser piratas,... todo era como le habían contado. Siempre quiso ir allí, no solo para ver todo aquello que le habían contado, sino que ahora también porque le recordaba a aquella persona. La persona por la que estaba allí y por la que había tomado la decisión de convertirse en pirata.

Sacó el papel doblado de su escondite y decidió comenzar en serio aquella misión. Debía encontrar aquel sitio costara lo que costara.

-¿En que te puedo ayudar jovencita?-se interesó una anciana que vendía flores en un puestecito.

-Buenos días, señora. He quedado con un amigo en esta dirección, pero no soy de aquí y no se como llegar.- mintió.

-A ver, déjame verla. Mmm… está un poco lejos de aquí, pero no es difícil llegar.

La anciana le explicó cómo llegar, además de advertirle de que tuviera cuidado. Algunas calles por las que debería pasar estaban llenas de los peores piratas que se encontraban en la isla.

-Muchas gracias. Tendré cuidado, se lo aseguro.- le sonrió.

-La gente de vuestra familia nunca tiene miedo, ¿no?-le dijo la anciana antes de que se marchara.

-¿Sabe quién soy? ¿Conoce a mi familia?-preguntó asustada, temerosa de que la descubrieran y su plan se fuera al traste.

-Sí, pero tranquila, siempre he estado de vuestro lado.- Hikaru suspiró aliviada.- Te pareces mucho a él, ¿lo sabías?- dijo acariciandole la cara.

-Ojalá ser algún día como él, señora.-sonrió-¿Usted lo conoció?

-Desde que era un enano.-contestó nostálgica.

Verdad oculta [One Piece fanfic. Zoro x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora