❥ ❝O26 | 𝑽𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅❞

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—Ale, Alessandra —habla Thomas, preocupado al ver como su amiga tenía los ojos cerrados—. Vamos, por favor..., no estás muerta.

El castaño sigue haciendo las maniobras de RCP a la mujer inconsciente, teniendo la esperanza de que verá algún resultado.

—Respira, Alessandra, por favor —le pide Thomas una vez antes de tener la intención de inclinarse para darle respiración boca a boca, pero la mencionada comenzó a toser con fuerza para sacar el agua salada que había tragado—. Dios mío..., tranquila, ya pasó.

—Thomas... —susurra Alessandra con dificultad al sentirse mareada y desorientada.

—¿Acaso enloqueciste? —le recrimina el joven adulto con notable molestia en su rostro—. ¿En qué diablos estabas pensando al lanzarte de esa altura? ¿Sabes lo preocupados que estábamos todos por ti?

—No q-quise lanzarme —explica la italiana antes de cerrar los ojos para comenzar a recordar lo que pasó—. J-Jessica me empujó, me d-dijo que las c-cosas serían más f-fáciles de esa forma y que E-Ethan lo hubiera hecho de una m-manera más dolorosa.

—¿Jessica Stanley? —pregunta Thomas mientras pegaba el frío cuerpo de su amiga a su pecho para hacer que entrara en calor.

—Sí —confirma la castaña—. Ella quiso matarme.

Alessandra abre los ojos al darse cuenta de sus propias palabras, no evita sonreír un poco al momento en que supo que había logrado recordar todo.

—¡Llévala a casa! —ordena Sam a la distancia al ver como la mujer se encontraba consciente—. ¡Yo iré con los demás para seguir buscando a Ethan!

—¿Por q-qué lo e-están buscando? —pregunta Alessandra confundida, sintiendo su garganta reseca.

—Infringió una de las normas de la manada al abusar de ti, tiene que pagar por lo que te hizo —le explica Thomas—. Tanto él como Jessica están siendo buscados por la policía.

—¿De t-todo eso m-me perdí? —se pregunta Alessandra en un susurro mientras temblaba por el frío.

—Vamos, te llevaré a casa —sigue hablando el castaño—. Alice y los demás están preocupados por ti.

Thomas la ayuda a que se ponga de pie y la abraza por los hombros para poder guiarla hacia el auto que Jacob le había prestado, el joven adulto le pone varias prendas de ropa a Alessandra para que pudiera entrar en calor.

Así, los dos tomaron rumbo hacia la casa Cullen, en donde dicha familia se encontraba esperándolos.

—Estoy a cuarenta y dos grados —comenta Thomas con diversión al poder ver como Alessandra temblaba por el frío.

ღ 𝑺𝒐𝒖𝒍𝒎𝒂𝒕𝒆𝒔 - 𝑬𝒅𝒘𝒂𝒓𝒅 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏® ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora