╭TWILIGHT - EDWARD CULLEN FANFIC╮
[❣️]❝Una alma gemela es una persona con la que sientes una afinidad y empatía profunda, en el sentido amistoso, pero especialmente en el sentido amoroso.❞
❝En el mundo de Alessandra, las almas ge...
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Alessandra se mantenía en total silencio mientras dejaba que varias personas maquillaran su lastimado cuerpo y rostro, varias capas de base de su tono cubrían los moretones que tenía en su anatomía, ya que querían evitar que estos se notaran en la sesión de fotos que tendría la mujer ese día.
—¿Quiere ponerse el vestido de una vez para no se manche tanto, Señorita? —pregunta una de las maquillistas con preocupación.
Alessandra parpadea y regresa a la realidad.
—Me da igual que se manche el vestido —confiesa en un susurro la futura novia.
La voz de esta se encontraba ronca gracias a sus gritos en busca de piedad para que Ethan dejara de golpearla.
Todas las maquillistas se miran entre sí y bajan la mirada para quedarse calladas, entre ellas ayudan a la futura novia para que se ponga el que sería su vestido de novia, estando seguras de que era el más horrible y anticuado que habían visto.
—No me lo tome a mal, Señorita, pero el vestido está horrendo —asegura una de las maquillistas con una expresión de asco—. Parece el vestido de mi abuela.
—Lo sé —responde Alessandra con una ligera sonrisa en sus labios—. Pero mi prometido quería que mi vestido se pareciera al de su madre y al de su abuela.
La futura novia analiza su aspecto en el espejo frente a ella, pero no evita sentir náuseas al darse cuenta de que el vestido no le sentaba bien.
Beatrice intentó arreglarlo un poco, más al gusto de Alessandra, pero ni así logró convencer a su nieta.
Lo que daría por estar viviendo la planeación de mi boda por amor y no por miedo. Piensa la castaña con amargura. ¿Qué se sentirá poder tomar decisiones por una misma? ¿Mi alma gemela me habría dejado elegir mi propio vestido a mi gusto?
—Sin ofender, pero su prometido tiene un muy mal gusto en la moda —dice otra maquillista—. El vestido parece un mantel de mesa que pondría mi abuelita en un rezo.
Una corta carcajada sale de los labios de Alessandra tras esa comparación.
—Él no quiere que muestre mucho el día de la boda —susurra la castaña con desprecio en su voz—. Tengo que mostrar una imagen de pureza y castidad.
Aunque Ethan ya me la arrebató con crueldad y sin mi consentimiento. Se lamenta Alessandra sintiendo una dura presión en su pecho.
—Alessandra —habla Bianca desde la puerta—. Tu papá nos está esperando.
La mujer entra a la habitación de su hija y sonríe ligeramente al poder verla con su vestido de novia, Alessandra se obliga a sonreír mientras que una de las maquillistas acomodó su velo y su tiara.
