❥ ❝O35 | 𝑷𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒂𝒔❞

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Edward se mantiene abrazando a Alessandra, los dos estaban acostados en la cama de la habitación, ella soltaba algunas cuantas lágrimas, pero no sollozaba.

Después de varios minutos, Alessandra se había tranquilizado de cierta manera con la ayuda de su alma gemela.

—Me mintieron, Edward —susurra la castaña al cerrar los ojos fuertemente—. Soy hija biológica de Aro Vulturi..., mi v-vida nunca fue t-tan perfecta c-como creí.

Edward se mantiene callado sin tener alguna idea sobre lo que podría decir al respecto, así que se mantiene acariciando la espalda de su alma gemela delicadamente y deja pequeños besos en la cabeza de esta para intentar animarla.

Los dos se mantuvieron en esa posición por varios minutos, pero fue el ahora humano quien se dio cuenta de como la respiración de Alessandra se volvió tranquila, Edward se mantiene admirando el rostro de su pareja y sonríe ligeramente al ver como ella se encontraba dormida. Se inclina para poder dejar un casto beso en la frente de la contraria que soltó un corto suspiro.

—Todo estará bien, stella mia —asegura Edward en un susurro.

Carlo y Bianca Vitore se mantuvieron en la sala intentando tranquilizarse e ideando alguna idea para que Alessandra pudiera perdonarlos.

—Tengo que llamar a Beatrice —susurra la mujer antes de acercarse al teléfono de la casa.

Carlo se mantiene en silencio, pero ve como su esposa marcó el número de su cuñada. El hombre mira con detenimiento toda la sala hasta detenerse en un portarretrato, en este se mostraba a una pequeña Alessandra de tan solo diez años rodando su bicicleta en un parque, Bianca iba detrás de ella con una sonrisa en sus labios, pero fue Carlo quien capturó el momento.

—Mi pequeña —se lamenta el hombre en un susurro sintiéndose mal.

En la cabeza de este apareció el recuerdo de Alessandra, exactamente la expresión que tenía en el rostro cuando supo la verdad que los tres adultos se empeñaron en ocultar.

—Beatrice —habla Bianca al momento en que su hermana mayor respondió el teléfono—. Alessandra ya lo sabe.

¿Qué cosa sabe? ¿De qué hablas? —pregunta la mujer confundida, pero no tardó en sospechar a lo que su hermana se refería—. ¿Cómo que lo sabe? ¿Quién se lo dijo?

—Ella nos preguntó hacer poco —explica Bianca al secarse las pocas lágrimas que tenía en sus mejillas—. Carlo y yo no tuvimos más remedio que decirle la verdad.

Aro... —susurra Beatrice bastante asustada—. Aro le dijo.

—No sé quién diablos es ese hombre, pero he perdido a mi hija por su culpa —asegura la mujer antes de comenzar a llorar otra vez—. Beatrice, perdí el cariño de Alessandra..., ahora nos odia.

ღ 𝑺𝒐𝒖𝒍𝒎𝒂𝒕𝒆𝒔 - 𝑬𝒅𝒘𝒂𝒓𝒅 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏® ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora