╭TWILIGHT - EDWARD CULLEN FANFIC╮
[❣️]❝Una alma gemela es una persona con la que sientes una afinidad y empatía profunda, en el sentido amistoso, pero especialmente en el sentido amoroso.❞
❝En el mundo de Alessandra, las almas ge...
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Alessandra recibe gustosa el abrazo de su tía materna, disfrutando de las ligeras caricias que dejaba en su espalda y en su cabello.
—Mi niña hermosa —habla Beatrice, la tía de la futura novia, con una sonrisa en sus labios.
—Hola, zia [1] —saluda la castaña con una pequeña sonrisa en sus labios.
—Hola, hermana —habla Bianca al acercarse a su hermana mayor y dejar un rápido beso en su mejilla, luego de que esta dejara de abrazar a Alessandra.
—Hola, ¿cómo has estado? —pregunta Beatrice hacia Bianca que hizo una mueca con sus labios.
—¿Qué te puedo decir? —responde la mujer con amargura—. Alessandra sigue con la idea de que Ethan la cela por amor.
La mencionada pierde su sonrisa al escuchar esas palabras y una dura presión en su pecho la mortifica.
—Ay, mi amor —susurra Beatrice antes de acercarse a su sobrina para tomarla de las manos con delicadeza, dándose cuenta de la expresión que tenía en el rostro—. Ese muchacho no te cela por amor, está obsesionado contigo. Tal vez que ama, pero es de una manera tan enfermiza que me preocupa que te haga daño, mi niña. Es demasiado protector y celoso, aparte es un asqueroso machista.
—Tía —susurra Alessandra, dejando que un bajo sollozo saliera de sus labios.
Beatrice mira preocupada a su sobrina y acaricia con sumo cuidado las mejillas de esta para intentar consolarla.
—Haznos caso, mi vida —pide la mayor—. Ese muchacho no te conviene en nada, solo traerá dolor a tu persona.
Tanto Bianca como Beatrice se dan cuenta de como los ojos de Alessandra comenzaron a llenarse de lágrimas.
—Princesa, ¿qué pasa? —pregunta la mayor de las tres mujeres.
—Sé que Ethan no es perfecto, pero antes de que él me pidiera matrimonio, tuvimos problemas —confiesa Alessandra tras dejar de contener sus lágrimas.
—¿Qué clase de problemas? —pregunta Beatrice con incredulidad.
La mayor mira con atención a su sobrina, hasta darse cuenta de la mirada que esta le da, y así puede entender que dichos acontecimientos eran serios.
Beatrice guía a Alessandra y a Bianca a uno de los sofás de la sala para que las tres pudieran sentarse, la menor de todas, quedando en medio de las mayores.
—Sabes que puedes contarnos con toda confianza, mi amor —asegura Bianca tras tomar una de las manos de su hija—. No le vamos a decir nadie.
Alessandra cierra los ojos por unos cuantos segundos antes de tomar la valentía suficiente para revelar ese secreto que la había estado atormentando desde hace varios meses.
