Mi dulce salvación- Meltie

14 "Its just a kiss"

G.

Luego de Acción de Gracias, los días siguieron pasando normalmente, las grabaciones continuaron, cada día el equipo se sentía más como una familia. Chris no hace otra cosa que no sea consentir a la rubia, cada día era una aventura distinta para ellos, un día el pelinegro le compraba flores, al siguiente la llevaba a cenar, al siguiente le daba el desayuno, al siguiente iban al cine y así sucesivamente casi todos los días. De hecho, la rubia ya había reservado un lugar donde vivir, se mudaría luego de las fiestas a su nuevo apartamento, donde le tocaría ser vecina de Chris.

—¡Ya estoy lista!— gritó Melissa mientras metía sus pies en los tacones negros. Katie la estaba esperando abajo con Oisin, quien estaba muy impaciente por salir.

—¡Ya, ya , ya estoy abajo!— decía Melissa terminando de bajar las escaleras, Katie rio ante el apuro de la rubia. Ambas salieron del pent—house y Melissa llevaba a Oisin tomando su correa. Estaban caminando por las calles y comenzaron a notar las decoraciones navideñas. La rubia se paró al frente de una vidriera.

—Katie, ven aquí mujer— habló Mel arrugando la nariz hacia la irlandesa, quien caminó hasta ella y ambas entraron a la tienda con Oisin, pero él se quedó en la entrada con el guardia de seguridad.

—¡Mira esto, Kashy!— sí, Melissa parecía una niña pequeña observando todo y había aprendido a pronunciar el nombre de Katie en irlandés, se pronuncia "Kashy" pero se escribe "Katie" y en E.E.U.U se pronuncia Katie, pero el de ella es distinto.

—No grites Mel, estoy a tu lado— dijo riendo la pelinegra. Melissa tomó una caja con pelotas brillantes para el árbol de navidad.

—Son hermosas— expresó la rubia viendo la caja que contenía dichas pelotas.

—Llevémosla, recuerda que ya es 7 de diciembre y debemos armar el árbol— hablo Katie y la rubia puso dos cajas en una bolsa que le habían dado en la tienda. Así continuaron por los próximos 35 minutos comprando distintas decoraciones para el árbol de navidad, sus bolsas estaban llenas cuando salieron de la tienda.

—¡Oye, me enamoré!— exclamo Melissa mirando a Katie, y el escuchar eso detuvo el corazon de la irlandesa. De alguna extraña razón sintió su corazon encogerse sin saber por qué, pero este volvió a latir cuando Melissa habló riendo.

—Es broma, igual me enamoré del perrito de esa señora— dijo la rubia. Katie siguió caminando, esta vez ella llevaba a Oisin.

—Era muy tierno— respondió Katie.

—Debería tener un perrito, tal vez me haga mejor. Digo, adoro los perros, en casa de mis padres había dos, pero ahora solo queda Micah— dijo Melissa mirando a Katie.

—Lo sé, me dijiste que la otra perrita se enfermó y falleció— dijo Katie y eso sorprendió algo a la rubia ya que le había prestado mucha atención, esa noche cuando hablaban sobre la familia de Melissa, lo hicieron durante horas, y la irlandesa estuvo atenta en todo momento.

—Sip, ¿vamos por un helado? — preguntó Melissa, aunque venia llena de bolsas, Katie no quería decirle que no, pero tuvo que hacerlo.

—¿No crees que ahora mejor deberíamos regresar? Pediré helado por teléfono, es que nos vamos a cansar con las bolsas— argumentó la pelinegra y Melissa arrugó la frente, ella quería ir por helado.

—Ohh, está bien. Como quieras— la rubia solo dijo eso en un tono molesto, Katie lo notó.

—No te enojes, Mel— habló Katie. Pero no hubo caso, la rubia ya estaba frunciendo el ceño como una bebé, demasiado tierna.

—Vamos, di algo por favor— no hubo respuesta por parte de la rubia. Estaba ignorando a Katie.

—Oh bien, no me hables— dijo Katie y se dio la vuelta, comenzó a caminar hacia el lado contrario de Melissa, quien se dio cuenta que Katie ya no estaba a su lado segundos luego, se dio la vuelta enojada porque debía volver con ella, corrió hacia la irlandesa, quien reía en voz baja. Parecían una pareja en plena discusión, actuando como niñas.