Mi dulce salvación- Meltie

39 "Shall we fuck again? Sorry"

Segunda noche siendo padres...

3:10 a.m.

—Melissa...Mel...—Chris entre sueños llamaba a su futura esposa porque oía llorar a un bebé.

La rubia se levantó volando de la cama y fue al cuarto de los bebés. Ellie era el que lloraba por cuarta vez en la noche.

—Tranquilo, pequeño— susurró Melissa mientras tomaba a Ellie en sus brazos y se sentaba en la silla tan cómoda que había en el cuarto de los bebés.

Volvía a hacerlo dormir. Diez minutos después lo puso en su cuna, otra vez y fue a su cama.

Apoyó su cuerpo agotado sobre ésta y el llanto de Eliza la obligó a levantarse otra vez.

—¿Por qué lloras? Tienes hambre, no pequeña...— susurraba la rubia mientras se sentaba a alimentar a su hija.

Sus ojos se cerraban involuntariamente, no creía que dormir era tan necesario en su vida hasta que dejó de hacerlo por sus hijos.

Media hora después pudo recostarse y dormirse de inmediato.

Dos horas después Chris se levantó a calmar a los bebés porque era su turno.

Asi se rotaban sucesivamente.

Tercer dia siendo padres...

5 a.m.

—¡No puedo! No puedo más, Chris, no puedo— decía la rubia intentando levantarse porque Eliza lloraba. Y ella también estaba dejando salir sus lágrimas.

—Recuéstate, voy yo otra vez cariño— se ofreció el pelinegro y Melissa cayó rendida a la cama.

Tres horas después ya estaban despiertos. Cambiaron pañales, desayunaron, alimentaron a los bebés, todo iba bien.

Pero ambos estaban cansados, su sueño era pésimo desde que nacieron los bebés, Melissa ahora entendía lo tedioso que había sido ser bebé para su madre.

Sexto dia siendo padres...

2 a.m.

—Escúchame, mamá, por favor, por favor ven con Jess y me ayudan, por favor— pedía a los llantos Melissa mientras que de fondo ambos bebés lloraban, ya habían comido y estaban con su padre, no sabían que hacer y necesitaban dormir.

—Cariño, son las dos de la madrugada, no puedo salir a esta hora— respondió su mamá y Melissa colgó de la frustración.

—¡Llama a Katie o tu padre!— se oyó el grito de Chris. Melissa no quería molestar a la irlandesa, pero no tenia de otra necesitaba dormir dos horas por lo menos.

Decidió llamarla y para su sorpresa Katie no estaba durmiendo, al parecer estaba en una fiesta, pero, dijo que iría a la casa de la rubia.

—Cariño, me sorprendió tu llamada— dijo Katie abrazando a la rubia al entrar.

—¿Nicole?— preguntó extrañada y celosa Melissa.

—Si, hola, justo estábamos con Katie y recibió tu llamada— contestó su amiga.

—Si, estábamos juntas y bueno... ¿Dónde están los pequeños?— preguntó emocionada Katie, si bien visitaba a sus sobrinos, solo lo hacia de dia. Melissa estaba rabiosa de los celos, no sabia que hacía Katie con Nicole, pero no olían a alcohol.

—Arriba, pasen por favor— dijo la rubia. Las tres subieron, Chris estaba dormido en la cama y los bebés en sus cunas.

—Por favor... solo será un rato— pidió la rubia rogando con la mirada.