Mi dulce salvación- Meltie

18 "Feels real"

G.

Melissa estaba siendo consumida por los nervios desde que la irlandesa le propuso jugar, le ponía nerviosa el hecho de saber que alguien puede verlas o tomar una fotografía, pero esperaba que al lugar a donde se dirigen no haya muchas personas y puedan disfrutar de un poco de privacidad. Por otro lado, la irlandesa estaba muy feliz y emocionada, no solo por el hecho de haber viajado, sino que su compañía no podía ser mejor. Tenía a Melissa a su lado, nada malo puede pasarle o nada puede salir mal, de eso estaba segura.

Katie anhelaba cada momento que pasaba junto a la rubia ya que ella era tan radiante... se le hacía superior a una diosa griega, era una diosa de la belleza y autenticidad. Aquella rubia se estaba volviendo protagonista de todos los pensamientos que tenía Katie, poseía un lado bueno y es que contemplaba esa bella carita todo el tiempo, pero, el lado malo es que la rubia no puede ser completamente de Katie, no ahora al menos.

Habían aterrizado a las 12 de la noche en San Francisco, la rubia ya tenía una camioneta alquilada para la aventura, ambas subieron las maletas en el maletero de dicho automóvil y se subieron.

—¿A dónde vamos?— preguntó la irlandesa confundida, no tenía la menor idea de a donde se dirigían.

—Ahora cariño vamos a un super que esté abierto a buscar comida y unas cosas más— le respondió en un tono demasiado amoroso, como siempre. El corazon de la irlandesa se detuvo de la adrenalina que sintió cuando escuchó ese "cariño" salir de los labios de la rubia. Sonrió plenamente, solo una vez alguien la había hecho tan feliz el día de su cumpleaños aparte de Melissa en estos momentos, esa era su madre cuando fue el cumpleaños número 10 de Katie.

—Me encanta que me llames así, siempre soy yo la cariñosa— habló la irlandesa con una risa leve al final. Eso provocó que las mejillas de la rubia ardan y se tornen rojizas, lo cual provocó nada menos que ternura en Katie. Un rato después encontró un super abierto, estacionaron el auto donde debían y ambas bajaron de la mano.

—¿No te molesta que te tome la mano?— preguntó muy temerosa Katie, pero la rubia negó con la cabeza y apretó más sus manos. Entraron al supermercado de prisa ya que comenzaron a ver muchas cámaras por ahí. Tomaron un carro y comenzaron a deambular por los pasillos extensos del super metiendo lo necesario en el carro.

—¿Cuánto tiempo estaremos aquí?— le preguntó la irlandesa ya que no tenía idea de eso, la rubia sonrió ante la pregunta. No quería responderla, pero debía, tampoco planeaba secuestrar a la irlandesa.

—Estaremos ahí unos cuantos días, los suficientes como para llevar mucha comida— contestó mientras comenzaba a poner bandejas de vegetales en el carro, la irlandesa pensó unos segundos y comenzó a ayudar a su no novia. Juntas llevaron todo lo necesario, desde bebidas, energizantes, jugos, lácteos, alimentos, carnes, vegetales y frutas, todo lo que necesitaban para alimentarse y darse el gusto, eso era lo más importante, que la pasen bien, nada más importaba en esta aventura. Solo que sea...

Inolvidable.

—¡Melissa! ¡Kashy! No lo puedo creer, son... son... ustedes— exclamó muy emocionada una niña que al parecer era fan de estas mujeres, quienes se detuvieron y saludaron a la niña pelirroja.

—Hola, hermosa— dijo Melissa sonriendo y vio que la niña iba a llorar de la emoción.—Tranquila, hermosa— calmó la rubia y le dio un abrazo a la fan.

—Yo... ¿podemos tomarnos una fotografía?— preguntó con la voz temblorosa de la emoción la fan. Ambas mujeres asintieron, primero Katie les tomó una foto a ellas dos y luego en viceversa hasta que las tres se sacaron una selfi.

—Muchas gracias, las amo demasiado, ustedes me hacen feliz con sus sonrisas— exclamó la pequeña tocando el corazón de ambas actrices, cada fan que veían era distinto, no eran solo un número. Los valoraban uno por uno.