35 "Stain my hands for you"

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«*»

El tiempo...

El tiempo es algo tan valioso que a veces es tan difícil de apreciar...

Cada segundo que pasa debes aprovecharlo, porque no regresará jamás.

La espera ponía muy impaciente a todos, queriendo que llegue el momento más esperado, el nacimiento de los gemelos.

Cada dia, noche y momento que pasaba, Katie se había encargado de que la rubia lo pase muy bien, cuidó de ella, la protegió, la ayudó en todo lo que podía y más. Aparte de Chris, ella fue la persona que más estuvo al lado de Melissa, aunque bien sabía que no tenía que ser así por sus sentimientos, pero de igual manera le era inevitable estar lejos de la rubia y esos maravillosos bebés que lleva en su vientre.

El baby shower para revelar los sexos de los bebés se hizo en agosto, fue algo muy íntimo, como debía ser... Se reveló que Melissa está esperando al nacimiento de una niña y un niño, realmente increíble.

La mayoría pensaba que serían dos niñas, pero se equivocaron.

Las lágrimas no faltaron cuando por primera vez escucharon el latido de sus corazones, esas lágrimas de felicidad caían como lluvia en tierra.

La feliz familia se mudó a una casa enorme en uno de los barrios más privilegiados en Vancouver, seguramente residirían ahí por ahora. El hogar era perfecto para ellos, contaba con un patio bellísimo, tenía cinco habitaciones, ellos se acomodaron en la principal y en septiembre comenzaron a organizar el cuarto de los bebés...

—¡Pase por la pintura!— habló emocionada Katie mientras entraba a la casa con una caja.

—Pensé que Chris la retiraría— habló la rubia con las manos en su enorme vientre, de verdad su panza había crecido.

—Lo sé, hablé con el de camino y quedamos en que yo la trajera, ¿Cómo estás?— la irlandesa dejó la caja sobre la mesa y corrió a darle un beso en la mejilla a la rubia.

—Con un poco de dolor de espalda, un poquito. Pero bien, tus sobrinos no dejan de moverse— habló la rubia sonriendo. Tomó la mano de Katie y la llevó hasta su vientre.

—Siente— dijo Melissa, la irlandesa pudo sentir perfectamente el movimiento dentro de la panza de su amiga, uno de los bebés estaba dando pequeñas patadas.

—Seguro es la beba, se puso feliz porque llegó su mejor tia— dijo riendo Katie y besó la barriga de Melissa.

—Seguramente— respondió la rubia y se levantó del sofa, debía hacer reposo, pero Melissa no puede estar quieta mucho tiempo, ya llevaba 31 semanas de embarazo.

—Terminaré de bajar las cajas con la pintura y te veo arriba— dijo la irlandesa volviendo a salir. Melissa subió hasta el cuarto de los pequeños, mientras esperaba a la irlandesa iba acomodando el plástico con sus pies, asó el piso no se llenara de pintura.

—Listo, estos son los colores de la habitación, hay pinceles adentro... ¿estas segura que nosotros pintaremos el cuarto?— preguntó Katie dudosa de lo que vayan a hacer, pero la rubia estaba segura de que no quería contratar a nadie para que pintara ese cuarto.

—Estoy segura de que quiero que esto lo hagamos nosotros— respondió la rubia tomando un pincel, cuando Chris llegó comenzó a ayudarlas.

—Okey, déjenme decirles que esto va a quedar buenísimo— exclamó Chris mientras los tres seguían pintando el cuarto de un color cian claro y blanco, no se decidieron por dos colores asi que eligieron uno y bueno, el blanco claro.

Mi dulce salvación- MeltieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora