Las semanas pasaron y seguíamos sin encontrar raro alguno de la niña. Fue extraño, nadie sabía al respecto. De todos los niños que vimos de esa edad no poseían pizca alguna de llegar a poseer energía maldita.
Suspire mientras caminaba por la pequeña plaza. Satoru se había detenido a comprar unos dulces a un mercado. Me senté y sonreí para mi.
Había descubierto muchas facetas del hombre, en ovaciones se tomaba los asuntos en serio, pero en ovaciones su personalidad pasaba y era un niño pequeño.
Lleve una de mis manos a mi pecho, el palpitar de este era mucho. Las imágenes de lo que habíamos pasado juntos estas últimas semanas y el saber que faltaba un día para que terminará el mes, era desolador.
Mis mejillas se sonrojaron, lo sabía por sentirla caliente. Enseguida sus ojos se proyectaron en mi mente de las pocas veces que lo había visto sin la venda o lentes.
-¿Piensas en mi, pequeña híbrido?- pregunto con diversión por mi espalda, salte de mi asiento y caí al suelo.
- N-no!- dije tratando de no sonrojarme- no lo hacia- respondí.
- Igual, no seria raro que lo hicieras, soy muy guapo- hablo riendo, lo mire con ojos entrecerrados y me levanté.
- Maldito arrogante- bufe- no todo gira en torno a ti- reclame. Comencé a caminar con el posandome los talones.
- Acuérdate que hasta mañana te encuentras a mi cargo- mencionó el hechicero con diversión- si te portas mal podré considerarse una amenaza.
Bufe molesta y me crucé de brazos, infle mis cachetes como berrinche y camine resignada. Sólo fueron pocos minutos cuando pare mi andar.
-¿Qué pasa?- pregunto con diversión-¿ por fin admitirá que te gustó?- hablo.
- No, no esos- mire en diferentes direcciones- ¿Acaso no lo sientes?- pregunté, se colocó serio y se centró en mi.
- ¿Sentir que?- su voz había cambiado, me miraba serio.
- Como si, algo te llamará y como si te vigilarán- explique como pude, mire en varias direcciones hasta que de lejos mire como detrás de un alambre, un niña de unos aproximados diez a once años me miraba atenta.
Cuando nuestros ojos se unieron me sonrió con diversión y comenzó a correr. Mi corazón se alteró, desprendía una energía descomunal.
- Alli está- dije en voz baja, el albino enseguida giró en la dirección que miraba y fruncido el ceño.
- No hay nada- dijo. No se en que momentos se había quitado los lentes, volví su vista a mi- ¿Qué viste?
- Una niña- dije sin más para comenzar a correr en aquella dirección. No me fijé si me seguía ya que era muy obvio, sólo me centre en la pequeña.
Se metió por varios callejones donde al meterme escuchaba su leve risita. No le preste atención y seguí cuando pare mi andar. La vi de lejos entrando a un hospital abandonado.
La energía que emanaba el lugar era desbordante, frunci mi ceño y el albino paro su andar a mi lado.
- No se lo que hayas visto, pero definitivamente te guío aquí- hablo mi contrario- ahora si puedo sentir la energía. Quédate aquí, y no se te ocurra irte.
Por más que quisiera no podía moverme. La energía que desprendía el lugar era abrumadora. Atrallente y me llamaba. No fue hasta que de un momento a otro la energía seso un poco.
Satoru salió del sitio caminando con tranquilidad, en sus manos portaba una pequeña caja. Levanto su vista a mi.
- ¿Cuantos años me dijiste que tenías?- pregunto sin más, las vendas no estaban en sus ojos y me miraba fijo con sus ojos azules.
- Diesiciete- conteste sin dudar-¿Por qu..
- ¿Qué es lo más lejano a tu niñez que recuerdas?- pregunto interrumpiendome. Lo pensé por varios minutos. Casi nada.
- Tenía seis años cuando mis padres me dejaron en el orfanato- murmure- no se porque, luego de eso no supe más nada.
- ¿Tenías padres? Creí que no lo recordabas según me dijiste- hablo más serio acercándose. Negué con la cabeza.
- No lo se, no recuerdo- murmure, la cabeza comenzó a punzarme- sólo se reproducen imágenes borrosas- explique- ¿Qué había allí?
- No había ninguna maldición, sólo esto- explico luego de suspirar, me mostró la pequeña caja medio abierta.
- ¿Qué hay dentro?- pregunté. La abrió luego de meditarlo y mostró su interior, seis dedos había allí- ¿Qué..
- Seis dedos de Sukuna- explico para luego cerrarla- bueno, no le prestamos mucha atención, en el pasado los híbridos servían al rey como parte de su ejército, no es raro que lo sintieras por eso.
- Se está haciendo tarde, hay que...- no termine de hablar cuando sentí como en frente, una pequeña de cinco salió en busca de su balón.
Un vehículo venía a toda velocidad y no lograría frenar, me moví por impulso y antes de que la tragedia sucediera, corrí a una velocidad que no conocía y tome a la pequeña justo a tiempo.
El vehículo sólo tocó bocina y siguió. La niña lloraba arriba mía por el casi accidente, sus padres salieron de la casa con los ojos cristalizados y se acercaron.
- Oh gracias a Dios- dijo la mujer, tomo a la pequeña y me ayudó a levantarme- enserio gracias, gracias, gracias-Cuando se alejaron Satoru se me acerco.
-¿Cómo hiciste eso?- pregunto llegando a mi lado.
- No... No lo se....solo- mi corazón latía muy rápido- fue un impulso- murmure- vivir rodeada de niños menores a mi, me hizo cambiar- trate de explicar. Asintió.
- Bien, hay que volver, mañana debo hablar contigo- asentí y no fuimos.
Narrador omnisciente
- ¿Ya podemos empezar?- pregunto una de las maldiciones de grado especial presentes mientras miraban a la joven junto al albino. Getou miro de reojo a la maldición de cabellos celestes quien miraba serio la imagen de ambos.
-Aun no- respondió- veamos como se toma la noticia de que en realidad va a exorcizarla en lugar de dejarla libre- dijo con confianza.
-¿Y si no es así?- pregunto el recién llegado.
-Pasamos al plan B
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💙Aoimoku 💙- Satoru Gojo✔
FanfictionDime, dime ¿que es lo que quieres?¿por qué me miras así?¿Por qué te alejas?¿pudimos hacer algo? ¿tus ojos siempre fueron así, expresando aquello? Caminemos por el fuego, para ver si nos quemamos...nada perdemos en intentarlo, de todas formas, si es...