XXXVI

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Narrador omnisciente

El albino se despertó. Miro su reloj en la mesita de luz notando la hora. Dos de la mañana. Miro a su lado viendo a la chica durmiendo, tapada con las sábanas.

Sin decir nada y lo más silencioso posible, se levantó de la cama y fue a su armario. Tomo algo de ropa cómoda para dormir y fue a bañarse.

Cuando volvió a la habitación, paro su andar en la puerta de esta, apoyándose de costado mientras secaba su cabello y miraba a la joven. Su corazón se oprimio de lástima.

Luego de unos momentos, se acercó y agachó a su altura. Con cuidado paso su mano por la mejilla de la chica, se acercó y dio un pequeño beso en su frente.

- Espero que lo entiendas- susurro. Abrió el cajón de la mesita de luz de ese lado y saco de allí una pequeña caja negra con letras doradas- Prisión confinadora- murmuró- abrete...

Lo que parecía la tapa se corrió a un lado quedando abierta, Satoru miro por último a la joven de forma sería. Acercó el objeto apoyandolo en la cama, justo al lado de la chica.

- Encierra a la Híbrido- dijo firme. Un pequeño destello púrpura muy tenue comenzó a emanar de la caja y a los segundos fue humo.

Este comenzó a cubrir a la joven mientras iba tomando forma de cadenas. Los grilletes en su cuello y manos para luego emanar luz con la cual el albino cerró los ojos.

Al abrirlos la cama estába vacia, miro la pequeña caja y está se cerró luego de que lo último de humo entrará. Haciendo el leve sonido del Tic al cerrar con cerradura o con candado.

Miro serio el objeto y lo tomo. Camino hasta la biblioteca, donde ella siempre se quedaba y dejo el pequeño objeto en uno de los estantes. Miro el objeto por unos segundos y luego se fue a preparar para ir a la escuela.

Narra Tn

Al abrir los ojos. Me encontraba tapada en un sillón pequeño. Levanté la vista. No estaba en la habitación de Gojo. Era una biblioteca.

Más buen parecía una especie de pasillo angosto. Estantes de libros a un costado, amplio como el de una biblioteca. Al final del pasillo una puerta negra con dorado y más sillones.

Me levanté, no habia venta. La habitacion era iluminada por luz artificial, la cual podia apagar con un interruptor. Mire el reloj en uno de los costados de la pared, las agujas estaban quietas.

Con duda y algo de miedo me acerqué a la puerta e intente abrirla. No cedía. Comencé a impacientarme.

- Satoru si esto es una especie de juego, no me gusta!- grite, esperando que me escuchara del otro lado- Por favor abre la puerta!- volví a gritar.

Esta no cedía y tampoco escuchaba otra cosa que no fuera mis intentos de abrir, mi corazón acelerado y mi respiración.

-¡Satoru!- volví a gritar. Pero nadie venía- ¡Satoru abre la puerta!- el miedo y la desesperación recorría mi cuerpo- es un sueño- murmure para mi.

Me pellisque para tratar de despertar pero fue inútil. Comencé a tratar de romper la puerta o buscar algo para poder salir. Todo era demasiado silencioso y no me gustaba para nada.

- Pero si seré estúpida- murmure para mi. Me coloqué en frente de la puerta y comencé a formar y centrar la energía maldita en una de mis manos y sin esperar golpee la puerta.

Esta en ruido estruendoso se rompió. Abrí mis ojos de la impresión y miedo al ver lo que había detrás. El aire comenzó a faltarme y negué sin creerlo.

- No...- negué, las lágrimas comenzaron a resbalar de mis ojos- no por favor- murmure.

Quería que fuera un sello, que en este momento no este viendo detrás de la puerta una pared de escombros que impedían el paso repletos de talismanes.

Me aleje cuando empezaron a emanar luz y la puerta volvía a construirse sola. Con desesperación golpee con energía una de las paredes desocupadas.

Esta se rompió, quite algunos pedazos de escombro pero volví a negar llorando mientras veía más talismanes. Me aleje unos pasos.

El pecho me dolía como nunca antes. Sentía un vacío demasiado doloroso. Caí de rodillas mientras lágrimas salían con desenfreno de mis ojos.

La mano con la que había golpeado la pared comenzó a sangrarme. Pero no era menos doloroso que lo que sentía en el pecho.

Ahora entendía sus palabras. Las de Mahito también. El reloj no se movía, claro, aquí el tiempo no corría. Estaba encerrada por uno vaya a saber cuanto.

Había depositado todo lo que tenía en Satoru Gojo, pero mi pequeño hermano tenía razón, no confíes en los hechiceros nunca. Me abrace a mi misma mientras lloraba.

Satoru Gojo me había Sellado.

No sabía porque ni por cuánto. Sólo estaba segura, de que si por algúna casualidad podría salir de aquí, se lo preguntaría para luego esperar mi muerte.

Creí... enserio creí que el... Me amaba, por un momento lo sentí real. Pero no debo volver a confiar en él. No debo... es un hechicero... No debo volver a confiar en esos...

Ojos azules.

💙Aoimoku 💙- Satoru Gojo✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora