XXXII

1.6K 225 33
                                    

Presente.

Hacia tiempo que no veía y disfrutaba de ver el cielo que aquella manera. El sol se estaba asomando por el horizonte y los coleres naranjas y amarillos comenzaban a tomar a cielo junto al celeste.

Me abrace a mi misma. Extrañaba aquello. Miraba nostálgica la escena recordando el pasado. No hice nada al respecto cuando una segunda persona se sentó a mi lado.

- Tn...

- Se lo que me harán si no libero a Gojo- mencioné- también se que me sucederá después- quedé en silencio unos minutos- nunca... hubo futuro para mi... ¿cierto Megumi?

Lo mire con ojos suplicantes, quería que me sintiera y dijese que me dejarían libre, que nada sucedería y podría... vivir mi vida. En cambio sólo bajo la mirada a sus manos.

- Lo lamento- se disculpó. Negué con la cabeza.

- No te disculpes, no tienes la culpa de nada- le dije con una sonrisa. Mire una vez más el cielo, quería recordarlo- Ya es hora- murmure.

- Si- se levantó primero y luego tendió su mano para que la tomará. Así lo hice y le sonreí. Comenzamos a caminar por el jardín de aquella escuela, en la cual alguna vez aprendí a controlar mi energía maldita.

Donde alguna vez... Me enamoré por completo de Satoru Gojo.

Caminábamos hasta aquella habitación donde todo terminaría para mi. Sonreí mirando la puerta frente a mi. No sabía en que momento Itadori y Nobara habían aparecido, pero lo agradecía.

- ¿Saben algo?- pregunté a los tres, estos me miraron con tristeza- una vez leí una frase en un libro que me gustó mucho, hablaba sobre los finales de las historias...

- ¿Qué decía?- pregunto Nobara mientras sonreía rota. Yo en cambio le sonreí con tranquilidad, no quería que se sintiera mal.

- El final siempre sorprende, aúnque este escrito desde el principio.

La puerta se abrió dejando a la vista a Naomi. Esta me miraba con desagrado, sabía el porque pero no me quejaria. Entre yo sola. Allí había varios hechiceros esperando.

Mei Mei, el director Yaga, Nanami... El anciano del cual Gojo siempre se burlaba perteneciente a Kyoto, nunca supe o me acuerdo de su nombre. Utahime y algunos más que no conocía.

Baje la vista y pude apreciar en el suelo una pequeña caja en forma cuadrada, poseía variada cantidad de ojos, los cuales estaban cerrados pero al acercarme se abrieron y me miraron.

- Bien... aquí voy...

Pasado. Narrador omnisciente.

-Pasa algo- pregunto el pelirosa al ver a su Sensei. El más alto lo había mandado a llamar, tenía algo importante que decirle.

- Si, es con respecto a la misión que tuvieron con Nanami- dijo el albino.

- De acuerdo... ¿Qué...- no logró terminar de hablar ya que el albino lo interrumpió.

- No debes contarle a Tn sobre el aspecto de la maldición que enfrentaron- dijo sin freno. El pelirosa mito con duda a su Sensei.

-¿Por qué no?- pregunto.

- Tengo una leve sospecha de algo y hasta no estar seguro no podrás dañecirle al respecto, ¿de acuerdo?- pregunto.

- Esta bien...

Narra Tn

Las rutinas de los siguientes dos días no cambiaron mucho. Estaba de todas formas algo desanimado, no había visto a Gojo por ningún lado.

Ahora caminábamos por el patio yendo hacia donde empezaría el intercambio. Allí estaban los alumnos de Kyoto contra los que nos enfrentariamos. Dentro de algunas horas.

Lo que si había un hombre de mayor edad el cual no sabía quien era. Ya todos estábamos o bueno... la mayoría. Sentía las miradas de los de la otra escuela mirándonos fe pies a cabeza, estudiandonos.

- ¿Dónde está el inútil?- pregunto la profesora de la otra escuela, si no mal recuerdo se llamaba Utahime.

- Sabes que tarda en llegar a todos los sitios que va- contestó Naomi. Con respecto a ella, nunca me acerqué y ella tampoco lo hizo. Aún así sentía su mirada cuando entrenaba.

- Pero por lo menos llega- se burló una mujer apareciendo de la nada. Literal no se como no la vi antes- No nos deja plantados.

Debía decirlo. Era muy hermosa. Lo que más destacaba era su cabello albino atado en una trenza por delante de su rostro. Escuche sin más, la risa de varios presentes ante lo dicho por la recién llegada.

- Mei

- Naomi- contestó la mujer con una sonrisa un tanto juguetona.

Había tensión y era uno muy incómodo. Nadie se atrevía a decir nada. Era incómodo de ver, como ambas mujeres se miraban con cierta aura para nada linda.

-¡Perdón por la demora!- se escuchó un grito a lo lejos. Agradecía que haya roto este momento. Venía con un carrito metálico y una bolsa.

- Allí está- dije ahora yo.

- Me alegra verlos reunidos- dijo con una sonrisa mientras frenaba su andar- estaba en un viaje de negocios en el extranjero- hablo mirando a todos, pero me miro más a mi. Como si supiera que quería saber donde estuvo- ahora repartirse los recuerdo que traje.

Al decir aquello todo tomo sentido. Creo que ya entendía su plan y estaba segura que dentro de esa caja metálica se encontraba Itadori. Pero... ¿cómo hizo para entrar allí?

Se acercó a los chicos de Kyoto y les entregó una especie de muñequitos rosa. Según dijo o explico eran amuletos de alguna tribu.

- A ti no te traje Utahime- dijo divertido el más alto.

-¡Ni quiero!- grito la de cicatriz.

Solté una risita junto a Nobara. Se comportaba como un niño caprichoso y eso hacia a mi corazón latir rápido y que cierta calidez me invada. Gire mi rostro igual viendo a la mujer Albina, está me miraba un tanto curiosa. Me puse nerviosa cuando cruzamos miradas y me sonrió, aparte mi vista rápidamente.

-¡Y a los chicos de Tokyo les traje esto!- grito haciendo toda una propaganda toda cómica.

- Los adultos escandalosos son muy desagradables- dijo Nobara. Ni bien dijo eso, la tapa de carrito se abrió de golpe y de allí salió Itadori todo contento.

-¡Hola!¡PPP!- grito. Me golpee la frente con la mano y negué con una sonrisa. Mire de reojo a los chicos y estos no estaban para nada contentos.





💙Aoimoku 💙- Satoru Gojo✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora