💙Aoimoku 💙- Satoru Gojo✔

XXI

Narra Tn

No sabía que hacer al respecto, frente mío tenía al chico que según Satoru, lo había reemplazado para exorcizarme, este me analizaba.

- Pensé que sería más peligrosa- dijo tranquilo hacia el albino. El último no tardo en soltar una risita y pasar su brazo por uno de mis hombros.

- Y lo es, créeme- dijo orgulloso- sólo que ahora no está enojada- explico- es un pan de Dios- hablo de forma tierna y tomo mis mejillas apretujandolas.

Hice una mueca, escuche al pelinegro soltar una risa burlona.

- Que irónico, para ser mitad demonio- hablo- en fin- cambio de tema- ¿Dónde debo empezar para fingir mi búsqueda?- nos pregunto.

Si, nos. Debía fingir el que me estaba buscando. Todo por pedido de Satoru, suspire.

- Puede ser por el centro, cerca de donde... ya saben- hable tranquila para no alterarme.

- Yo te mostraré- dijo Satoru- volveré algo tarde, si llama Megumi me avisas- dijo, yo asenti- Bien Yuta, andando.

Ambos salieron dejándome sola, debía admitir que desde ayer estaba ciertamente incómoda. No con el albino, sino que, sentía que algo vendría.

No le Di mucha importancia, pero con el pasar de las horas y el ver como el sol de a poco se ocultaba, tuve cierta... atracción. Algo que me quería guiar hacia algún punto que no conocía de Japón.

No fue cuando ya tarde, el teléfono sonó y tuve que atender.

- ¿Si?- pregunté.

- ¿Tn?

- Oh, Megumi, ¿Sucede algo?- pregunté levantándome del sillón, yendo a buscar mi teléfono.

- Si, surgió un contratiempo, y necesito que Gojo-sensei venga de inmediato a la Preparatoria de Sugisawa.

- De acuerdo, le diré- la llamada se cortó. De inmediato le mande un mensaje al albino, este no tardo en verlo y mandar un emoji guiñando un ojo.

Sonreí para mi, era muy infantil, aún así hacia que mi corazón palpitara de manera acelerada cada que hacia que sus ojos miraran los míos.

Lo que si no me espere, fue que el timbre sonará. Con algo de duda me asomé por la cámara que daba al portón. Podía ver a una mujer mayor a mi con dos cajas.

-¿Si?- pregunté por el micrófono.

- Oh, soy de la Preparatoria de Jujutsu de Tokyo, me mandaron a que le trajera el uniforme a pedido de Satoru.

- mmm, de acuerdo, pasa- apreté el botón que le daba acceso. Ella entró y a los minutos tocó la puerta principal- pase- dije abriendo está.

Ella me miro y con una sonrisa y con las cajas entró. Note que miro su alrededor como con.. ¿nostalgia? Sin más me paso ambas cajas.

- Es el uniforme, deberías probartelo- hablo amable- por cierto, soy Naomi- dijo extendiendo su mano, hice lo mismo con una sonrisa.

- Tn- me presente- ¿por qué los uniformes?- pregunté curiosa, ella me miro y se rió un poco.

- ¿No te dijo nada, verdad?- pregunto, asenti- este hombre nunca cambia, bueno, serás alumna de primero.

- Oh, genial, me los iré a probar- dije con una sonrisa.

- Si, pero...¿cuantos años tienes?- pregunto.

- Diesiciete- respondi tranquila.

- ¿No hay nadie más?¿no cuidas a nadie más pequeña?- pregunto mirando hacia todos lados. Suponía que buscaba a la niña de once años que también buscaba Akkotsu a parte de mi.

- No, sólo yo- dije.

- Oh, está bien- asenti y fui al baño. Mientras me miraba al espejo luego de ponerme el uniforme. Me quedaba... bien.

No pasó mucho cuando sentí un leve pinchazo en medio de mi pecho, enseguida de notar como si una especie de criatura de cuatro ojos se apareciera en el espejo.

Con miedo salí del baño y me dirigí hacia donde deje a la mujer, está miraba hacia afuera, el cielo oscuro. Me acerqué a paso lento, su rostro estaba serio.

-¿También lo sentiste?- pregunto, asenti- parece que las cosas se pondrán más complicadas- dijo.

Cuando dejamos de ver hacia afuera, se aseguró de que el uniforme me quedará bien y sin más se fue, a la hora, mas o menos, llegó Satoru.

- ¿Pasó algo con Megumi?- pregunté preocupada.

- Nop, nada de nada- dijo con una sonrisa tranquilo, se acercó y tomándome de la cintura me acerco a si y sin esperar me dio un beso fugaz en los labios.

Me sonroje ante ese acto repentino.

- ¿P-por que, fue eso?- pregunté nerviosa. Escuche su leve risa divertida.

- No lo se- miro yacía un sitio y vio las cajas- te llegaron los uniformes- dijo feliz.

- Si, y no sabía nada al respecto- me queje.

- Bueno... la cosa es que sólo yo puedo ver que eres mitad maldición, si te acercas a cualquier otro chamán, estos sólo notarán que tienes una gran cantidad de energía maldita para controlar- mencionó rascando su nuca nerviosamente- Aún así te tendré en constante vigilancia.

Asenti no muy convencida. Cenamos en un silencio acogedor y sin más cada uno se fue a sus respectivos cuartos. Mañana empezaría la preparatoria... siquiera había asistido a una, no sabía de que se trataba en concreto.

- Sólo espero que todo salga bien- susurre para mi.