💙Aoimoku 💙- Satoru Gojo✔

XXIV

Desde el momento en que nos subimos al vehículo que nos llevaría al sitio de la misión, tuve un mal presentimiento.Me resultaba raro el que nos hayan asignado una misión, estaba segura de que por más que Satoru estuviera en otro sitio, nos hubiera informado al respecto.

Paramos y vimos que se trataba de una concesionaria, había varias personas en la entrada preguntando que sucedía, había desaparecidos. 

-Por favor, necesito saber algo sobre mi hijo- súplicas una mujer a la cual no dejaban pasar varios oficiales.

Itadori se acercó a ella y trato de calmarla, le hizo preguntas para saber cómo se llamaba su hijo y que lo traería devuelta. No hable al respecto y solo nos acercamos a la entrada luego de que Ijichi pusiera una cortina.

Megumi invoco uno de sus shikigamis para no perdernos. Tarde, nos dimos vuelta y la puerta había desaparecido por completo. Las quejas y dudas de mis compañeros no se hicieron esperar, tenía el presentimiento de que esto era una trampa. No para mí, pero..

Dirigí mi vista al peli-rosa, tome resultaba raro, mas por el hecho de que seguramente Satoru no sabía nada. Seguí caminando sin importarme las quejas del resto.

-Tn... ¿A dónde vas?- pregunto Nobara.

-A buscar una salida- respondí simple- deberían de hacer lo mismo, estamos atrapados dentro del dominio de un vientre maldito, que lo más probable no es de categoría baja- hable obvia.

-Tiene razón- me siguió Megumi.

-Bien- Itadori se acercó y entre todos comenzamos a buscar una forma de salir, no fue hasta que llegamos a un sitio amplio donde en una de las paredes apreciamos los restos de personas que quedaban.

-Esto no me gusta- hablo Nobara, miramos los cuerpos. Sin duda debíamos salir de aquí lo más rápido posible. Me separe del resto para buscar alguna corriente de aire que nos pudiera guiar a alguna salida.

Escuchaba el como Itadori discutía con Megumi, el peli-rosa quería llevarle a la mujer el cuerpo de su hijo, pero era demasiado peligroso. Me gire con brusquedad al detectar una presencia significativa.

-¡Ya dejen de... pelear..- mire alrededor, no tenía a la vista ni a Itadori, Megumi o Nobara. Aun asi el sitio era tal cual habíamos entrado, pero sin los cuerpos. La única diferencia es que había un estanque de líquido espeso a unos metros.

A unos metros había una puerta, no dude en acercarme a paso apresurado. Mi plan era el encontrar rápidamente a los chicos, seguramente el vientre maldito nos había dividido apropósito, aun asi, sentía que...

Acerque mi mano al pomo de la puerta para girarla, pero antes de siquiera tocarla, escuche una voz familiar llamándome.

-Tn...

Gire mi vista, mirando de reojo hacia atrás mío. No había nadie, solo el estanque con aquel líquido. Suspire y cerré los ojos, debía de ser cosa mía solamente. Volví a girarme para abrir la puerta, pero se sintió tan real lo que sucedió que me asusto.

Con brusquedad, sentí una mano posarse en mi hombro y hacerme girar. Seguía sin ver a nadie. Mi corazón palpitaba más rápido y sonidos de como si del otro lado de las paredes hubiera una pelea.

-Tn...

Volví a escuchar, ahora parecía el leve llamado de una niña pequeña. Me acerque a paso lento hacia el estanque, mientras más lo hacía, más se olía.. Sangre, me agache y mire mi reflejo en el carmesí.

De un momento a otro mi figura en el reflejo cambio, ya no me veía de diecisiete, tenía en aproximados cinco años, mi ropa había cambiado, vestía un kimono.

-Tn...¿Qué haces?

Escuche como si me hablaran desde atrás mía, gire mi vista rápido pero seguí sin encontrar nada.

-Miro mi reflejo en el agua...

Volví a girar la cabeza hacia la sangre, no llegue a moverme cuando un aproximado de cuatro brazos me tomó y tiraron a esta. Salí a la superficie para respirar, me hundía con el peso de la ropa y el espesor del líquido.

No dure mucho en la superficie cuando algo me tomo del tobillo y empezó a jalar hacia abajo. Escuchaba diferentes susurros y conversaciones, las voces se mezclaban pero no entendía que decían.

-¿Hay algo interesante?

Tenía los ojos abiertos, podía ver como frente a mí se creaban imágenes cuando escuche aquello. La pequeña niña o mi yo de cinco años miraba hacia abajo arrodillada y a unos pasos atrás, un hombre de notable tamaño se acercó mirando hacia el mismo sitio que la pequeña.

-Nop... nada de nada...

El aire comenzó a faltarme, no sabía hace cuanto estuve allí dentro. Pero lo que sea que me jalaba no soltaba mi tobillo, cada vez me hundía más y la oscuridad se hacía más presente.

-Se está haciendo tarde...

-Si, ya lo se ######, no soy ciega...

-Volvamos...

-Solo si tú me llevas

Mis ojos comenzaron a pesarme, el aire me faltaba y no podía moverme. Solo esperaba, que los chicos hayan podido salir sin ningún problema. lo que si recuerdo, es que antes de cerrar los ojos, de la leve luz que venía de la superficie, dos manos se asomaron acercándose a mi. Lo siguiente fue solo negro.