💙Aoimoku 💙- Satoru Gojo✔

Final

Meses después. Presente.

Suspire. Según Tengen como le había preguntado. La prisión estaba hecha de una forma concreta.

No me.habian liberado porque si. Yo era la única que podría sacar a Satoru de ese sitio. Estar rodeada de hechiceros que me miraban expectantes me hacia bajar mi animo.

Mi corazón estaba acelerado a más no poder. Después de lo que a mi me parecieron siglos, no fueron más que meses. Volvería a verlo y no de la forma que esperaba.

Di un paso al frente y tome la pequeña caja. Sabía lo que pasaría o bueno, no estaba segura de ello. De todas formas, ya no tenía a nadie a quien recurrir.

Según me comento Megumi, mi hermano había muerto por culpa del azabache llamado Geto y Satoru era el único que podía ganarle.

- Prisión confinadora- llame a la caja. Esta me miraba atenta con todos sus ojos- déjame entrar- murmure último.

De un momento a otro mi cuerpo ya no se encontraba en la habitación, sino que era una habitación completamente blanca, algunos talismanes y en una esquina estaba el hombre.

Este se encontraba sentado tranquilo. Me miro o eso creí por no ver sus ojos tapados con la venda.

-¿Qué haces aquí?- pregunto haciendo una mueca en su rostro- se supone que deberías de estar sellada- dijo sin importancia.

Creí. Creí que todo este tiempo había dejado de pensar en el, que lo había superado. Pero sus palabras dolían más de lo que quisiera.

- Y al parecer el Karma te la devolvió, ¿no lo crees?- dije irónica. No sabía de donde había sacado el valor para decírselo.

- Vete- dijo serio. Negué con la cabeza-¿ acaso eres retrasada?- dijo seco.

- No, no lo soy- dije dando un paso firme acercandome, me había cansado, ya no quería seguir sintiendo, de todas formas moriría, pero tenía preguntas- y no me iré hasta conseguir las respuestas que quiero.

Suspiro rendido. Se levantó de su sitio y se quito la venda. Me miro con desinterés puro en la mirada y eso me rompía de a poco más.

-¿ Sabes que puedo matarte, por más de estar encerrado aquí?- pregunto.

- Si, lo se y no me importa, si quieres hazlo- dije dándole permiso- de todas formas es lo que me espera si salgo de aquí y además... ya no tengo nada ni a nadie al cual recurrir- murmure.

- Pierdes tu tiempo- dijo con desgana.

- En realidad no, ya que aquí no corre el tiempo- dije mirándolo sería- así que responderlas mis preguntas- lo escuche suspirar y asintio.

- Sólo si luego te largas- dijo.

- Bien- acepte. Me miro expectante- se que me ocultaba cosas, antes no quería saber las ya que prefería vivir en una mentira, pero ahora quiero saber.

- Entonces pregunta- mando.

- ¿Serás sincero en todas?- pregunté con súplica en mis ojos. Este me miro por unos segundos, bajo la cabeza y asintio, me miro devuelta.

- Si, diré la verdad...- contestó.

- ¿Quien soy?- pregunté primero que nada. Algo que siempre quise saber, como cuando eres huérfano y deseas saber tu apellido.

- Eres Tn Ze'nin, híbrida- contestó. Asenti por aquello- tus padres, o más específico tu madre pertenecía a uno de los clanes más poderosos del mundo de la hechicería, mientras que tu padre era una maldición de grado especial.