Epílogo

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Tenía los ojos cerrados. No sabía hace cuanto estaba durmiendo. Lo último que recordaba era que de un momento a otro comencé a sentir mucho cansancio hasta caer inconciente.

No sabía que pasaba. Hasta que sentí una brisa de aire pasar cerca de mi rostro, mandando un escalofrío a mi cuerpo.

Con cuidado y cansancio, abrí mis ojos que se sentían pesados. Creí que me encontraría con el techo blanco, gran fue mi sorpresa al encontrarme con tablas de madera bien acomodadas.

Sentí un leve ruido a mi costado, moví mi cabeza al este ser rápido. No logré ver bien quien era, sólo logré distinguir una cabellera Albina.

Se escuchaba el canto de los pajaros por lo que con cuidado me levanté. Me acerqué a la ventana y la abrí. El aire choco en lleno contra mi rostro.

Sonreí con nostalgia, hacia tiempo que no lo sentía.  Los pasos volvieron a escucharse, eran pequeños, me gire en dirección a la puerta.

Un pequeño niño albino me miraba tímidamente desde allí. Sus ojos... como olvidar esos ojos. Me acerqué con cuidado.

- Hola- salude, este se alejó- no te haré daño- hable tranquila.

- Lo se- respondió, salió de su escondite y se dejó ver- sólo... No quería que mi papá me retara- murmuró tímido. Sonreí.

-¿Dónde...

- Estas en un lugar seguro- me interrumpió una voz mayor. Note la energía maldita que emanaba su cuerpo, pero a lo que le preste atención fue al parecido que tenía con el niño.

Cabello albino y ojos celestes. Sus ojos azules salvo que los del mayor no eran como los del pequeño, eran más apagados.

-¿Quienes son?- pregunté. Sabía que eran hechiceros, lo notaba por su vestimenta. También sentía energía maldita alrededor de este lugar.

- Quiero que te tomes esto con calma, ¿ de acuerdo?- hablo con tranquilidad. Comenzó a acercarse por lo que retrocedía.

- ¿Cómo se que no me harán daño?- pregunté mirándolo fijamente.

- Porque estoy seguro de que mi abuelo no lo quería así- se escuchó una voz mayor. Todos giramos nuestra vista hacia la voz.

Un hombre de notoria edad se acercaba en una silla de ruedas. Al verme sonrió como nunca antes me había sonreído, demostraba... alegría y nostalgia.

- Es un gusto que este bien, joven Tn- hablo tranquilo. No lo conocía y no entendía.

- ¿Quienes son y como saben mi nombre?- pregunté firme.

- Perdón el no presentarnos, yo soy Eduard, el es mi hijo Michael y mi nieto Erik- los presentó.

- Soy Tn- dije- aún que creo que ya lo sabían- murmure con una sonrisa.

- Y vaya que si, mi abuelo contaba muchas cosas sobre ti- dijo con una sonrisa el mayor- también nos contaba cosas de las.cuales se arrepentia en su vida, pero en ninguna tu fuiste un error- sonrió nostálgico- nos contaba las.cosas mientras intentaba quitarte del sello.

- Perdón mi... ignorancia pero... ¿Quien era su abuelo?- pregunté con duda.

Algo en mi no quería saberlo. No sabía cuanto tiempo había pasado. Creo que ya sabía la respuesta, pero no quería que me ocultaba más cosas.

- Algo me dice que ya lo sabes, jovencita- se acercó en su silla y tomo mis manos- mi abuelo fue Satoru Gojo.

- ¿C-cuanto... cuanto tiempo estuve...?- no podía terminar de formular las palabras, el dolor había incrementado en mi pecho y no me gustaba. Quería dejar de sentirlo.

💙Aoimoku 💙- Satoru Gojo✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora