XIV

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Algunos días es difícil de ver Si yo fui una tonta O tú un ladrón

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Algunos días es difícil de ver
Si yo fui una tonta
O tú un ladrón

Días después.

Sonrei mientras el pequeño me abrazaba. Todos nos encontrábamos despidiendonos de uno de los niños, el cual había sido adoptado.

-Voy a extrañarte Tn-nee-san- murmuró. Nos separamos y luego se fue con ambos adultos quienes lo recibieron con brazos abiertos.

Al cerrar la puerta, todos nos dirigimos a almorzar. Todo era risas y juegos con la mayor. Mire por la ventana y sonreí al ver el clima.

- Oigan niños, miren esto- los llame. Todos vinieron con velocidad y reclamaron sorprendidos al ver el cielo.

- Wow nee-san, ¿cómo se llama eso?- pregunto una niña sorprendida mientras apoyaba sus manos en el cristal. Se comenzó a sentir el frío por lo que mis bellos se cruzaron un poco.

Los brazos de un pequeño no se hicieron esperar. Baje la mirada, el pequeño de cabellos celestes se abrazaba a mi también con la vista puesta hacia afuera.

- Nieve- conteste- todos vayan a ponerse abrigos- dije con una sonrisa. No tardaron en hacerme caso.

La tarde la pasamos entre juegos, ellos con fascinación mirando como los copos caían y jugando entre ellos. Sin duda los amaba a todos como a una familia.

Al día siguiente cuando me levanté, me dispuse a preparar el desayuno de todos, Leta estaba tranquila haciendo galletas.

- Querida- llamo a lo que la mire- hay alguien en el jardín buscandote- guiño un ojo- y antes de ir abrigate- asenti no muy convencida.

Tome un abrigo y me lo coloqué, fui hasta el jardín. Se podía ver todo alrededor blanco por la nieve, entre está, parado viendo el cielo estaba cierto albino.

- Creo que avisarias sobre tus visitas- hable en voz alta. Lo note sonreía cuando me acerqué a su lado.

- No lo tenía planeado- respondió- sólo... quise de la nada invitarte a salir- dijo despreocupado. Lo mire con duda.

- ¿Es una broma?- pregunté, este desvío su vista vendas hacia otra dirección girando la cabeza.

- No- murmuró- yo... te extrañaba- dijo sin mas. Solte una carcajada que hizo que me mirara serio- ¿De que te ries?

-Espera, espera- me aleje riendo- primero- levante un dedo- me amenazas a muerte y no solo a mí, sino también a los niños en esa casa- dije apuntando el lugar.

-Tn..

-Espera, no termine- lo interrumpí- segundo, prácticamente me dejaste encerrada en tu casa y con la orden de ayudarte a buscar a una niña- dije- tercero, me dejas aquí y no sé nada sobre ¿Cómo estás?¿Dónde..

-¿Te preocupas por mí?- pregunto con una sonrisa divertida, lo fulmine con la mirada.

-No me interrumpas- reclame inflando mis cachetes como una niña pequeña que se enoja- y cuarto, ¿Ahora me invitas a salir?

- Bueno, ¿Qué querías? Solo...- suspiro rendido- está bien si no quieres, entenderé- dijo con desgana.

-Nunca dije eso- hable, di media vuelta sin verlo y comencé a caminar directo a la casa, sentí sus pasos apresurados siguiéndome.

-Es un sí?- pregunto con ilusión, lo mire cuando estuvo a mi lado y sonreí.

-Sí, pero antes debes ayudarme con estos monstruitos- dije señalando la casa, asintió eufórico y entramos. Dejamos los abrigos para que se secaran y fuimos donde Leta, esta nos explicó que hacer, o bueno, al albino.

Cada uno fue a diferentes habitaciones del lugar para despertar a los pequeños y ayudarlos a colocarse los zapatos y ropa. Cuando deje a una de las más pequeñas en el comedor, vi que faltaban dos niños, una niña, el albino y Mahito, al cual despertaba yo ultima.

Fui directo hacia donde estaba el peli-celeste. No lo encontré en la habitación por lo que me extraño, iba a salir pero me encontré con el pequeño, lo que me hizo saltar y asustarme, me miraba serio.

-Mahito, no hagas eso- murmure llevando mi mano hacia donde estaba mi corazón, el cual latía rápidamente por el susto.

-¿Por qué esta el aquí? – pregunto frunciendo el ceño.

-Me invito a salir- dije sin más, nunca le había mentido, y no planeaba hacerlo nunca.

- Y te negaste, ¿No es así?- pregunto, negué- Es un hechicero y es muy peligroso Onee-san, ya te llevo una vez, ahora planea también hacerlo?- estaba enojado y lo sentí cuando su energía maldita comenzó a incrementar por el enojo. Me agache tomándolo de los hombros para que se tranquilizara, no quería que las cosas empeoraran.

-Mahito, él no es así, te lo aseguro- dije- es diferente...

-NOO!- grito apartándose, lagrimas comenzaron a salir de sus ojos- Todos y absolutamente todos los humanos y hechiceros son iguales- comenzó a decir- mentirosos que solo buscan su beneficio, va a lastimarte, o peor- sin más salió corriendo, quise seguirlo cuando el grito de un niño proveniente de una habitación hizo que me detenga.

Fui directo hacia donde el grito provenía y al asomarme por la puerta, vi a los niños que faltaban jugando con el albino, me tranquilice al ver que el grito era de diversión, ya que el más alto tenia agarrado a uno de los niños haciendo de cuenta que era un avión.

-Mira Tn- grito el pequeño feliz- este señor es muy alto y fuerte- dijo riendo. Le sonreí para luego acercarme. Satoru paro y lo dejo en el suelo.

-Hay que ir a desayunar- dije a lo que los tres asintieron para luego salir corriendo entre risas de la habitación. Suspire.

-¿Paso algo?- pregunto el albino.

-No, todo está en orden- dije- vamos abajo- dije para salir de la habitación seguido de él. 

💙Aoimoku 💙- Satoru Gojo✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora