Xie Lian finalmente se pudo relajar.
Luego de una no muy grata conversación con sus antiguos subordinados acerca de la importancia del respeto y los límites, lograron volver a retomar la misión con seriedad.
Mu Qing y él estaban haciendo guardia en distintas zonas del pueblo, esperando a encontrarse con el enemigo y desarmarlo en el acto. Ante dos dioses marciales, esa tarea cuanto mucho debía de ser absurdamente fácil.
Feng Xin había salido a las afueras a buscar cúmulos de energía negativa que podrían indicar el porqué de la hostilidad del fantasma y el cambio de su actitud burlona a una homicida.
Sin embargo, luego de varias horas patrullando por las calles desoladas, no había tenido éxito alguno. Con frio y cansancio, el Príncipe levanto más el cuello de su túnica, tratando de protegerse del viento gélido de la noche.
Cuando Xie Lian se encontraba aburrido y sin nada que hacer, su mente se dispersaba y le hacía revivir a su San Lang cuando se cansaba de repasar cada recuerdo, su imaginación creaba nuevos escenarios.
Con su corazón recreando una mirada roja y una sonrisa sincera, se preguntó si sería conveniente comprar algunos rollos que vendían en aquellos puestos. Sería un bonito regalo. Pateando una piedrita, se dijo a si mismo que Hua Cheng era un hombre culto y versado y apreciaría recibir un regalo así.
¿Pero cuál comprarle?
Había visto rollos de distintos temas, entre ellos novelas, crónicas y poesía.
¿San Lang seria fan de la poesía?
Era un tipo dulce y sentimental, así que probablemente sería una buena idea. Parecía apropiado después de todo, Hua Cheng le había regalo miles de cosas antes, ¿Por qué no tomar ahora él la iniciativa? Además, serviría como buena excusa para trascribirlos en las clases olvidadas de caligrafía.
¡Las clases de caligrafía!
Tan mal maestro era que siquiera había pensado en ellas. Igual no es como si hubiesen tenido tiempo, apenas se habían visto y lo único parecido a un pincel que había sostenido Hua Cheng entre sus manos fue su...
- ¡Que es!
Un golpe helado le golpeo en la espalda. Una presencia maligna había aparecido en medio de una calle deshabitada.
Volteo lentamente y Ruoye se apretó a sus muñecas.
Una señora mayor, encorvada sobre si misma caminaba hacia él a paso lento. Tenía un bastón y ropajes violetas, totalmente andrajosos.
Gemía de dolor de forma baja mientras murmuraba algo incomprensible.
-Buena señora, ¿qué hace en una noche tan fría y helada como esta? -Saludo con una sonrisa.
-Solo perdida, muy perdida-, contesto con voz lastimera y cantarina.
Mientras se acercaba Xie Lian se dio cuenta que ese ser era un auténtico y burdo fantasma.
El cuerpo humano había sido hecho de forma tosca indicativo de un fantasma de poco poder.
A diferencia de la esbelta y preciosa forma de Hua Cheng. Este fantasma era deforme, su apariencia humana era tan falsa, que más se asemejaba a un muñeco de barro.
Manos regordetas con dedos volteados. No tenía uñas y le faltaba y el pulgar estaba donde debía estar el índice. El cabello era igual de lamentable, más que cabello parecía ser una masa de hebras apretadas, dando la apariencia de algo parecido a musgo marrón.
Los otros detalles eran igual de burdos solo que un poco más humanos.
Xie Lian sonrió bajo y se preguntó "Ling We, este fantasma, hasta un mortal puede dispersarlo. No es que sea vago o un dormido, pero para un dios marcial pelear contra él es lo mismo que a pisar una hormiga"
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La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥
RomanceHua Cheng ha vuelto a los brazos de Xie Lian dispuesto a pasar la eternidad junto a él. Sin embargo, aun hay grandes peligros que afectan al mundo mortal y los obliga a combatirlos mientras viven su idilio romántico. Una nueva calamidad parece haber...