YuShi Huang desenfundo la espada en un solo movimiento, rápido como un relámpago y barrio el ataque de Fang Xin. El sonido de dos hojas afiladas rompió el silencio que había en el centro del volcán. Primero el chasqueo de las hojas midiéndose entre ellas y luego, el agudo lamento de la espada plateada cuando Xie Lian arremetió contra ella, haciendo romper su defensa.
Los brazos de la mujer se fueron hacia atrás pero inmediatamente volvió a atacar. Era una Diosa Elemental, no una criatura marcial, sin embargo, nadie se atrevía a poner en duda el poder de YuShi Huang y mucho menos su determinación.
Es por eso, que con la misma determinación con la que corto su garganta hace añales, ella se lanzo contra aquel hombre, en un ataque aun más poderoso.
A Xie Lian le pareció absurdamente divertido. No más que un colibrí enfrentándose a un águila sedienta. Ella era rápida, así que lo ataco de esta forma. Movimientos salvajes, izquierda, derecha, atrás. Salto. Deslizarse, golpear la espalda. Esquivar la defensa, esquivar los ataques, esquivar la afilada hoja de Fang Xin, negra como el mismo infierno.
Ella era rápida, pero Xie Lian no solo era fuerte, era aterradoramente atento. Bajo la mascara hay dos ojos amarillos, eléctricamente brillantes como la enfermedad, seguían todos sus movimientos y predecían donde irían sus ataques.
La torción de las muñecas, el movimiento de la cadera, el paso de sus pies, la forma en como flexionaba las rodillas. Antes que YuShi Huang preparara una estocada, Xie Lian ya estaba preparado para recibirla y esquivarla. Aún peor, ya conocía que flanco estaría expuesto.
La espada de Xie Lian iba por todos lados, como un látigo de acero negro, cortando el viento, perforando las rocas.
La risa tétrica, sin un ánimo de felicidad, emano detrás de la máscara—Una pelea no se gana huyendo.
La mente de Xie Lian estaba enferma. Su Qi, corrompido por la energía oscura que poco a poco, iba envenenándolo, hasta orillarlo a la más profunda locura. Todo esto lo entendido Yushi Huang en un instante, acostumbrada a tratar con fantasmas infestados por el mal.
—Los demonios nunca le ganan a los dioses.
—¿Quién dice?
Xie Lian se lanzó sobre ella, la espada casi le perfora el estómago. Un centímetro más y una herida faltal la hubiese dejado de rodillas.
YuShi respiro pesadamente, el sudor comenzando a mancharle el rostro. Sobre su hombro algunos cabellos cortados reposaban, aquellos que no lograron escapar de Fang Xin.
—Alteza Real...Si no se detiene ahora, tendré que pelear en serio.
La voz de Xie Lian fue aún más tenebrosa—Si peleas contra mí, morirás.
La Diosa de la Lluvia era conocía por su fuerza tenaz y su gran agilidad, pero en ese momento, un atisbo de inseguridad apareció en los ojos claros de Yushi Huang. El poder marcial de Xie Lian siempre fue una leyenda.
De joven, el Príncipe Heredero demostró ser un prodigio único en su era, derrotando a los mejores maestros de esgrima cuando era tan solo un adolescente. Haciendo trizas a un demonio espeluznante siendo inclusive él un mortal que ni siquiera había alcanzado la mayoría de edad.
Pero Xie Lian ahora no era un adolescente, era un dios marcial con más de mil años, mil años donde perfecciono su técnica hasta crear un estilo único, jamás revelado.
Un estilo único que creo el dios marcial más fuerte de los cielos.
No había ni ofensiva ni defensiva que pudiera hacer que Fang Xin retrocediera. Yushi Huang era fuerte, pero antes de comenzar la batalla, supo que había perdido.
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La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥
RomanceHua Cheng ha vuelto a los brazos de Xie Lian dispuesto a pasar la eternidad junto a él. Sin embargo, aun hay grandes peligros que afectan al mundo mortal y los obliga a combatirlos mientras viven su idilio romántico. Una nueva calamidad parece haber...