Había amanecido.
El brillo dorado de la mañana ilumino la escueta habitación donde descansaba un dios.
Feng Xin estaba acostado bocarriba mirando absortamente el techo, con ojos fijos y silenciosos.
Quien lo viera de lejos diría, este seguramente es un hombre en paz.
Inmóvil, con manos apoyadas sobre su estomago con dedos entrecruzados. La boca en una línea inexpresiva, los ojos suaves analizando cada grieta de madera o imperfección de la habitación.
Parecía meditar y aferrarse a los últimos minutos de la calma del despertar.
Un suave sonido irrumpió en el silencioso espacio.
Niños corrían, comerciantes gritaban, bestias de carga rebuznaban. La calle despertaba. Las paredes eran delgadas y endebles, de forma que Feng Xin podía escuchar todo lo que pasaba incluso a varios metros de distancia.
Toda la noche su sueño fue acosado por sonidos indescriptibles.
El dios pensó, que podría aprovechar ese escaso tiempo para dormir, aunque sea unos minutos de forma profunda.
De forma que cerro los ojos y suspiro sin siquiera cambiar su posición.
Así estuvo unos 10 minutos, buscando el placido descanso.
Pero cuando los pájaros comenzaron a piar más efusivamente, un nuevo sonido retumbo en la habitación.
Era seco y grave. Retumbaba desde la pared que estaba detrás de su cabeza. Feng Xin lo había estado escuchando durante toda la noche. A veces era tan fuerte, que parecía empujar su propia cama y transmitir un aterrador impulso vibratorio.
PA...PA...PA...PA
PA...PA...PA...PA
PA...PA...PA...PA
Quien lo viera de lejos diría, este seguramente es un hombre en paz. Pero si alguien se acercase y mirase con más detalle, se daría cuenta que el rostro de Feng Xin estaba lleno de un inconmensurable horror.
Las manos en su vientre, apretaban fuertemente sus dedos, tanto que estaban blancas, como si contuviesen el insoportable temblor que las acosaba desde hacia horas. Sus ojos repasaban cada detalle de la habitación, como un escape, buscando concentrarse su mente en otra cosa que no fueran los:
- ¡San... San Lang!
Que venían desde la habitación continua.
La boca fija, no estaba en paz. Los labios temblaban. La mandíbula tiesa producto de los dientes que se apretaban hasta el punto de chirriar.
Y los ojos, los ojos temblaban tanto que parecía que el insoportable golpeteo los hacia vibrar tanto como la pared continua.
PA...PA...PA...PA...
-Gege... mira nada más, ¡no sabía que había un espejo!
- ¡S-San Lang!
-Mírate Gege. Quiero que veas la cara que haces cuando acabas
- ¡No! ¡E-Espe...aaahhh!
PA...PA...PA...PA...PA...PA...PA...PA...PA...PA...PA...PA...
Feng Xin ya no tenia luz en sus ojos.
A este punto, los golpes eran tan duros que rompía ligeramente los endebles muros, agrietando el techo y haciendo que polvo y pedazos de pintura cayeran sobre la cara inmóvil de Feng Xin.
Con lentitud se levantó y dio un par de pasos sin ánimos hacia el espejo. Parecía un zombie y sus ojos, carentes de brillo indicaban, que este hombre no era un hombre de paz, sino un hombre muerto.
El ya no perseguiría más la divinidad.
No... hoy Feng Xin no era más un dios, sino un hombre muerte lleno de sed de venganza.
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Hola! Aun no he comenzado con el proximo capitulo, pero asumo que estara para la segunda semana o semana de mayo!
Saludos!
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La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥
RomanceHua Cheng ha vuelto a los brazos de Xie Lian dispuesto a pasar la eternidad junto a él. Sin embargo, aun hay grandes peligros que afectan al mundo mortal y los obliga a combatirlos mientras viven su idilio romántico. Una nueva calamidad parece haber...