La Bendición Oficial del Destino

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Beta-sama corrigio mis dedos dislexicos a pesar que viajaba en un par de horas. Denle amor aquí a@ LianHua-er 💚

Busquen su insulina

囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧

El palacio es un eco de silencio.

El viento de la mañana lo despertó, frío y olvidado, como si ya nada importara. Lentamente abrió los ojos y se sentó en su antigua cama, las blancas sábanas revueltas ocultan la desnudezde ambos, destendidas y arrugadas luego de una noche eterna.

En la ventana se ve el cielo repleto de nubes grises. Parece que por primera vez el asfixiante calor del verano se ha rendido. El viento frío golpea su pecho desnudo y lo tienta a seguir durmiendo, a tumbarse perezoso sobre el cuerpo del otro hombre que aun duerme.

Hua Cheng está a su lado, acostado bocabajo con la sábana enredada en la cadera, la cabeza hundida entre el brazo y la almohada, el cabello revuelto por todos lados.

En algún momento de la madrugada sus cuerpos se han separado. Y eso está bien porque ahora pueden volver a reencontrarse una vez más.

No puede evitar mirarlo desde su lado, admirando la figura alta y esbelta. Xie Lian estira su mano y pasa los dedos por la curva de su espalda, fría como el mármol, suave como las promesas de amor que se dijeron antes de dormir.

-San Lang-Le llamó muy bajo, la voz ronca y adormilada. - ¿No vas a despertar?

Un beso distraído cae sobre uno de los omoplatos. La boca sensible, magullada luego de tantos besos, siente la piel fría, tersa y amada.

Tanto cuerpo para tomar, tanta piel para aruñar y apretar. Xie Lian deja caer un sinfín de perezosos besos sobre la espalda, acercándose para abrazarle y finalmente acurrucar su rostro en ella, dormitando sobre su cuerpo.

-Gege, es tan temprano. -Se queja en un pequeño bostezo y se remueve bajo él, frotando su rostro en la suave almohada. - ...Solo durmamos un poco más.

Xie Lian sonrió. A pesar de que Hua Cheng era un fantasma y no necesitaba dormir, sabía que disfrutaba mucho de hacerlo cuando lo tenía a su lado, también sabía, aunque jamás lo aceptara, que amaba que lo llenara de esos suaves mimos vespertinos, sin mayor intensión más que hacerlo sentir querido, acompañado.

Las mañanas siempre fueron su momento sagrado.

Luego de un par de años juntos esa idea no cambiaba. En el pasado, él había tenido muchos días en soledad, hambriento de contacto, de palabras, de una espalda amplia donde abrazarse. Inclusive cuando era un niño, rico y malcriado, siempre fantaseó con lo hermoso que podría ser compartir su cama con una persona amada, que simplemente se quedara allí, dormida, expuesta y sincera.

Distraído, se quedó así un rato, medio recostado encima de la espalda de Hua Cheng, haciendo bucles con su dedo con un mechón de cabello negro, dejándole dormir.

Al sentir la presión de otro cuerpo sobre él suyo, Hua Cheng hizo un sonido de malestar con los labios apretados.

- ¿Duele?

-Solo un poco-dijo con voz ronca.

- ¿Más que en la primera vez? -le pregunto pasando las manos por la espalda, como si eso pudiese disminuir el malestar en su interior.

-Muchísimo más.

Sabía que hacerlo sin lubricante era complicado, doloroso y dejaba siempre una incómoda sensación de ardor y dolor por dentro. Xie Lian había sido intenso, casi salvaje la noche anterior pero aun así trato de canalizar su desesperación preparando el cuerpo lo mejor que podía, pero por lo visto no fue suficiente.

La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora