Interludio (IV): Un Lienzo para el Rey Fantasma

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Advertencias: papapa pero tierno + la autora no es poeta pero lo intenta 

囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧

La cama de Hua Cheng es ridículamente grande, puede dar cuatro vueltas sin caerse y por más que se estire, tirando brazos y piernas, sus pies nunca se escapan del colchón, y si brincase fuerte sobre ella, el acolchado lo haría rebotar igual como un trampolín.

Xie Lian sabe todo eso porque en efecto, ha estado rodando, estirándose como un gato y brincando, mientras espera que en algún momento vuelva Hua Cheng a dormir con él.

El Rey Fantasma ha estado desde muy temprano trabajando en su despacho. Luego de haber atrasado hasta más no poder los deberes administrativos que tiene como único monarca de Ciudad Fantasma, finalmente ha tenido que hacerse cargo de ellos, muy a su pesar.

No lo ha hecho por voluntad propia.

Aguas Negras a primeras horas de la mañana, luego de sonsacar la contraseña del Príncipe a Shi Qing Xuan, le grito a Xie Lian por la matriz de comunicación "¡Puedes dejar el pene de Lluvia Carmesí por un segundo y dejarlo trabajar!".

Luego corto sin darle tiempo al Príncipe de reaccionar.

Acto seguido llamo por la matriz a Hua Cheng y con un tono neutro y cauto consulto: "Buen día, ¿cómo es que no tengo crédito?"

La respuesta era muy fácil, este gran Supremo no era más que un pobre hombre que lleva casi un año perdidamente enamorado de su más grande sueño. Demasiado ocupado en salir de viaje con él, cuidarlo y mimarlo, comprarle cosas, enseñarle todos los juegos de cartas que sabe, leerle poemas y hacerle cantar las más altas notas en su cama.

Tanto es la tontería que hasta se ha olvidado de pagar cuentas, cobrar y mantener a su hijo postizo He Xuan.

El dios se sintió culpable porque realmente estaba haciendo que Hua Cheng fuera un imprudente.

Así que el Príncipe Heredero dispuesto a ser un novio responsable, saco de la estera de paja al adormilado fantasma, le hizo vestirse y le peino el cabello con cariño. Luego le preparo un toxico, purpura y nutritivo desayuno.

Entonces ya vestido, limpio y nutrido, se lo llevo de la mano a Mansión Paraíso para que se ponga a trabajar como se debe.

Hua Cheng se quejó todo el camino, haciendo pucheros y usando ese tono que lo pone blando como una masita: "Gege, estoy cansado", "Gege, por favor, no seas malo", "Gege te amo, vamos a la cama mejor" "Gege, Gege, Gege..."

Pero Xie Lian hizo oídos sordos.

Al llegar fueron directo a su despacho, le dio pinceles, tinta fresca y le sirvió té negro con canela. Luego se despidió con un beso en medio de las fruncidas cejas y lo encerró allí adentro.

Él bien podría pasar un día entero sin su novio fantasma.

Después de todo era un hombre fuerte e independiente que se había cuidado solito – más o menos – durante casi mil años.

Paso todo el día manteniéndose ocupado. En la mañana volvió a su santuario y se concentró en ayudar a los campesinos a cultivar los campos de arroz, como muestra de gratitud le dieron de comer enormes bollos rellenos de maní acaramelado y jugo de caña.

En la tarde volvió a Ciudad Fantasma, y como Hua Cheng seguía ocupado, solo entro un segundo para dejarle algunos bollos y recargar su taza de té, se dieron un par de besos y se despidieron.

Como aun era temprano, se fue a caminar por las tiendas y compro un hermoso libro lleno de cuentos fantásticos y un lindo accesorio para el cabello de color verde, el cual estaba seguro que resaltaría en el cabello de negro de su novio.

La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora