🔸 MiniCapi: Los Desastre Que Deja Su Alteza Real

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Ling Wen apretó los puños con rabia.

Hay fuego en el cielo. Literalmente hablando, hay fuego en las calles de la Corte Celestial. Tres castillos se han derrumbado y la campaña esta picada por la mitad. La trifulca entre los suboficiales y los oficiales divinos llego a su máximo esplendor hoy mismo cuando, Feng Xin preso de una rabia incontenible, se arrancó la camisa y les grito, como un animal de establo: ¡Vengan todos a por mí! ¡Luego de la paliza que les daré se les quitara las ganas de seguir molestado!

De forma que, desde hace cinco horas, hay una batalla de hombres asquerosos y malolientes en el medio del Cielo.

-¡AHHHH! ¡UNO MENOS! ¡¿QUIEN ES EL PROXIMO?!

Mu Qing que está a su lado, le tiembla un ojo desde hace veinte minutos, mirando con sumo horror el espectáculo que esta haciendo el honorable General Nang Yang.

Desde el cuarto piso del castillo de Ling Wen, el espectáculo es igual de despreciable y vergonzoso.

-Entiendo y apruebo una pelea de caballeros para resolver los problemas, pero...-Mu Qing apretó los dientes y sus cejas se fruncieron hasta arrugarle el rostro- ¡¿Quién mierda los ha llenado de lodo?!

Ling Wen no tiene palabras, solo puede ver el montón de hombres caer, aplastarse, romperse las quijadas mientras retozan en un manantial de lodo. En todo caso, ¿Quién ha conseguido lodo? ¡Si en el cielo apenas hay tierra!

Por encima del fuego, de Feng Xin estrujando dos gargantas al mismo tiempo, esta el buey de la Señora de la Lluvia corriendo sin control, estrellándose contra cada monumento hasta hacerlos polvo.

Detrás del él, la supuesta Yu Shi Huang- ¡AH! ¡ANIMAL REPULSIVO! ¡VUELVE ACA! ¡AAJUUU TE COCINARE APENAS TE ATRAPE! ¡HOY SE COME PATA DE BUEY GUISADO!

Y persiguiendo a la Diosa de la Lluvia, esta Pei Ming, sonriendo hambrientamente, vestido con sus mejores galas, como si esperara impresionar a la mujer. O al hombre. Ling Wen aun no esta segura si tiene paseándose por allí a un demonio Ira.

-Pero preciosa, ¡deja al animal! ¡Yo te puedo llevar en mi espalda a donde sea que vayas!

Yu Shi Huang al ver que lo perseguía, su rostro se contrajo y se hizo pálido y verdoso-¡ALEJATE FALO CON PIERNAS!- la mujer corrió aún más rápido, alejándose y el buey galopeo con histeria y se estrello con todas sus fuerzas contra el recién construido palacio de Mu Qing, reventando las paredes.

Ignorando entonces, el fuego, Feng Xin siendo pateado por cinco hombres mientras se ahoga en barro, Qi Rong, el idiota de Pei y un buey descontrolado; pueden prestarle atención a la Diosa de la Fortuna que con su fuerza sobre humana, ha cogido una viga de cinco metros-probablemente de algún castillo-, y ha comenzado a blandirla, rompiendo todo lo que ve, mientras grita- ¡¿Dónde esta la perra escurridiza de Hua Cheng?! ¡YA ESTOY SECA!

Ling Wen cargo tabaco en una larga y elegante pipa negra y fumo casi de forma viciosa. Como alguien que áspera olvidar sus problemas con el humo, pero la nicotina apenas la calma, al igual que las doce tazas de té que se ha tomado durante el día, nada funciona.

- ¿Dónde esta Su Alteza, El Emperador Celestial Divino, Xie Lian?

Pregunta. Es lo único que se ha estado preguntando.

Mu Qing que estaba sentado a su lado, cruza su pierna y frota su barbilla.

-Es evidente Ling Wen. Luego de pensarlo mucho he llegado a una conclusión.

-¿Qué es? General Xuan Xhen, si sabe algo tiene que decírmelo ahora mismo. El Cielo esta apunto de convertirse en el mismo infierno.

-¡AHHH BASTARDOS DESGRACIADOS! ¡CREENE QUE SOLO CINCO DE USTEDES PUEDEN CONTRA MI! ¡¿OLVIDARON QUE SOY UN ARQUERO EXPERIMENTADO?! ¡TOMEN FLECHAS MALDITOS!

La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora