La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥

Teorías Experimentales Acerca del Amor

Advertencias: mucho romance + mucha pastelocidad + extreme pasive Hua Cheng (pondre una mariposita para indicar cuando comienza el setzo para no herir la hipersensiblidad de los puristas.

囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧 --- 囧

Xie Lian estuvo allí de pie, cayendo y saliendo de la turbulencia de sus pensamientos. Es un estado de inconsciencia que comienza cuando Hua Cheng es destrozado frente a sus ojos y finaliza cuando Mu Qing lo toma del brazo y le llama, sacándolo de la bruma y devolviéndolo a la realidad.

Abre mucho los ojos y siente la familiar y extraña sensación de haber dormido de más.

Parpadea varias veces, volviendo en sí y sintiendo la boca llena de un sabor amargo, como si hubiese comido una fruta demasiado verde. Las manos le tiemblan descontroladamente y rápidamente las oculta dentro de sus mangas.

¿Qué ha pasado?

El clon que había sido retenido, besado y decapitado en menos de segundos, ha desaparecido en un humo de mariposas plateadas que pasean por todo el castillo, volando despreocupadas y extendiendo con gracia el dominio de Hua Cheng, y en cada aleteo. Un profundo aroma a sangre y flores silvestres.

Afuera, en el bosque, hay una tormenta de sangre.

El verdadero Rey Fantasma, con forma de niño de trece años, se levanta del suelo, donde esta desecha e inconsciente la Diosa, dejada entre la línea de la vida y la muerte. La mujer es atada con firme cadenas por el despeinado Shi Qing Xuan y Hua Cheng, inmovilizándola y atándola en un muro cualquiera.

- ¿Se encuentra bien? - pregunta Mu Qing sacándolo de sus pensamientos.

-Ah. Si. Solo algo mareado-, dice apresuradamente agitando la cabeza llena de algodón y fuerza una sonrisa despreocupada.

-Mejor siéntese, ha perdido muchísima sangre.

Xie Lian se da cuenta, mira abajo y ve su túnica llena de grandes manchones de sangre, pero las heridas de la daga ya han sanado hace mucho producto de su propio y caótico desborde de energía espiritual.

Al ser un cultivador, aprendió desde muy joven a mantener su energía en un flujo lento y constante, como se debe, un rio de poder sereno. Pero ahora, parece hervir a borbotones dentro de su piel, haciendo palpitar sus venas y contraer sus músculos. Y sin embargo hay un regusto amargo y frio en esa corriente, casi agrio.

Sonríe rápidamente y agita la mano, sacándole importancia, no quiere ni remotamente poner atención a su estado mental ni preocupar a nadie, realmente desea irse lo más rápido posible de ese lugar-, no, no es nada, ¿crees que esto me detendría?

- ¿Seguro? ¿No duele?

-Ni un poco.

Esta definitivamente distraído, pero no todos los días decapitan a la persona que da razón a su existencia frente a sus ojos.

Es entonces que una figura extremadamente graciosa y adorable se le acerca: un pequeño Rey Fantasma todo cara redonda, ojos grandes y botitas negras. Xie Lian solo sonríe y el amargo de la boca se le borra un poco.

- ¿Gege, está bien? - la voz también se ha vuelto inmadura, ya no tan profunda y gruesa, sino con el timbre asexuado de los preadolescentes.

Sus dos pequeñas trenzas que cuelgan a cada lado de su rostro, le da un aspecto alegre y dulce.

Suspira y se arrodilla y lo abraza prontamente, quizás con demasiada fuerza, hundiendo la cabeza contra su pecho y respira profundo, dejando que el miedo se le disipe. El niño lo abraza también y le frota la espalda con sus pequeñas manos heladas y le da palmaditas.