El Joven Maestro que Vertió el Vino

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Xie Lian estaba tan encantado con el pequeño y hermoso gatito que incluso se le había olvidado que estaba atado, secuestrado y apunto de ser torturado en las mazmorras del castillo celestial del General Pei.

De todas formas si estaba San Lang con él, no había nada a lo que temer.

Este felino era delgado, pero de un pelaje tan espeso y despeinado que lo hacía ver por un lado salvaje y peligroso, y por otro lado, irresistible de ser apretado y mimado.

Un montón de bigoticos delgados blancos salían justo al lado de una nariz rosada y en el lomo había varias líneas negras atigradas con destellos rojos.

El gato tenía también un mini parche negro con la pintura de una mariposita blanca en medio de ellos y Xie Lian simplemente no puede con eso e hizo nota mental de pedirle a su novio que tomara esa forma felina de nuevo para consentirlo durante horas.

Hua Cheng-Gato, camina feliz con sus pequeñas patitas y se acerca al Príncipe y frota su felpuda cabeza contra su cuello y le ronronea sonoramente, a modo de consuelo y saludo.

-Jajaja, basta San Lang-, dice riendo bajito con el corazón hinchado en ternura y eso solo hace que el FengQing bote espuma por la boca.

-Lluvia Carmesí... ¿Usted... ¿Usted es aún una Calamidad o simplemente comer tanta de la basura que cocina Su Alteza lo ha vuelto idiota?

Pregunta Feng Xin estresado, a diferencia del Príncipe, él tiene un hijo que se saltó un par de etapas de crecimiento y paso de feto a adolescente rebelde en cuestión de minutos-

Hijo que tiene que atrapar antes que desate la ira de todos los dioses de la corte celestial. Por segunda vez.

El felino se despega de Xie Lian y de mala gana, le salta encima de la cabeza de Feng Xin. Retrae entonces un juego de cuatro afiladas garras.

-...No... ¡AHH! ¡Su Alteza! ¡Contrólelo!

Hua Cheng-Gato solo tuvo que dar tres aruños violentos para dejar la cara del General lleno de marcas rojas brillosas y hacerle batir las piernas al aire.

Xie Lian ríe bajo y asiente

– San Lang, es suficiente, deja de ser tan travieso, libéranos por favor.

El gato asiente soltando un suave y delicado maullido a modo de respuesta para luego clavar bien las garras en la cabeza del general y dar un salto hacia el suelo.

Y antes que callera hubo un puff y una cortina breve de humo, luego de eso, aparece la figura alta del fantasma rojo.

Le sonríe agradable al Príncipe y le saluda de una forma aún más agradable, sonriendo hasta con el ojo- Hola Gege.

-Hola San Lang

Mira de mala manera a los otros dos dioses que están con el ceño fruncido y con el estómago apretado por la frustración.

-Espero que los pequeños sirvientes no estén esperando que los rescate una segunda vez.

Mu Qing y Feng Xin tienen una expresión difícil de leer, como alguien que tiene que rogar algo a un cocodrilo.

Pero aun así el antiguo criado de Xie Lian, se apresura a contestar- sabes que en teoría somos como tus cuñados.

Hua Cheng alza las cejas y Mu Qin apresura de nuevo con una mirada seria-Es cierto, ¿verdad Su Alteza Real?

El Príncipe medio asiente con ganas de reír y llorar, eso es algo que no puede negar, porque si bien sus padres no le dieron hermanos de sangre, el tiempo le regalo una muy fraterna y estresante relación con los generales-, podría decirse que sí.

La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora