La Bendición Oficial del Destino ❥ HuaLian ❥

El Rey de los Fantasmas juega al Rey de los Amantes (II)

Advertencia: contenido explicito + mucho texto

Xie Lian sintió que se ahogaba en ese beso.

Los labios ansiosos de Hua Cheng se presionaron contra su boca y se frotaron sin parar, masajeándolos intensa y dulcemente. Fue un beso demandante y repentino que le hizo jadear y abrir los ojos con sorpresa.

Hubiese querido separarse pero se encontró con dos manos, frías y duras como el mármol que lo tomaron por la cadera sin dejar escapatoria.

Con los ojos cerrados y los labios tomados, su mente se distorsiono y amplio.

Por un lado, pensaba en lo mucho que le gustaba el sabor de la lengua de Hua Cheng. Sabia y olía a vino tinto, dulce y astringente. Fue casi como si derramaran una copa directo sobre la lengua. Refrescante y narcótico.

Luego pensó en que seguía erecto.

Extremadamente insatisfecho. No había logrado llegar al orgasmo y sentía que todo se presionaba y acumulaba en su interior, dejándolo adolorido y sensible.

Y si bien eso era incomodo, el verdadero problema era que su miembro se encontraba siendo presionado contra la cadera de Hua Cheng. Este, con las manos bien abiertas le estrujaba sus glúteos sin piedad y lo mantenía fijo contra su cuerpo.

Cada movimiento, por más ligero que fuera, lo hacía frotarse, provocando un estímulo rudo e intenso.

Sabía que, si no se detenía pronto, no una sino dos túnicas terminarían sucias esa noche.

-San...Lang...No...Deberías estar...

Logro separarse unos segundos, empujando sutilmente y moviendo la cabeza hacia un lado. Dio una bocanada de aire y jadeo sonoro: -Mu Qing y Fe... ¡mmm!

La mano fría se enredó en su cabello y le hizo ladear la cara y en menos de un segundo, fue besado nuevamente con renovada ferocidad.

En esa posición su boca era indefensa y el contacto era más directo.

Xie Lian solo pudo cerrar los ojos. Con su boca entreabierta y los labios completamente atrapados, dejo que la lengua de Hua Cheng jugara de nuevo, más agitada que antes. La sintió navegar sin timidez, recorriendo sus encías y tocando su paladar con la punta, atacando y masajeando cuanto lograba conseguir, dejando todo dentro de él sensible, tembloroso y con sabor a vino.

Su propia lengua, que la sintió pequeña, fue presionada hacia abajo y golpeada, recorrida en círculos y de arriba abajo, desde el inicio hasta casi llegar a su garganta.

Un beso intenso que lo hizo jadear y mojarse como si fuera una doncella.

-S-an... ¡mmm!

Una mordida dura en sus labios nublo su mente y opaco cualquier replica. Por un breve instante, Xie Lian temió que fuese a eyacular allí, solo por ser besado con hambre.

-Gege...

El vapor de un gruñido le dio en boca hinchada y húmeda.

Xie Lian respiro agitadamente, agradeciendo esos segundos de tregua.

Sin embargo, todo en el tirito y el orgasmo pareció acercarse peligrosamente cuando vio a escasos centímetros de él, la mirada roja brillando de lujuria.

Tan hambrienta que lo hizo saber que estaba a punto de ser tomado.

Recordo la otra noche. Lo intensa que fue.

Jadeando supo que tenía que detener esa locura.

-San Lang. N-Nosotros. No. No. Definitivamente no-, dijo atropelladamente en un tono bajito, como si fuera un secreto.