Un sirviente sin memoria que es una bola de un solo ojo. Un dueño que necesita una pareja humana para no morir. Lo único que Sae debe hacer, es evitar enamorarse de tu dueño y podrá vivir con su amo para siempre. Fácil, ¿verdad?
Veamos, no sé si esto merece el aviso, pero creo que es mejor hacerlo, así que...
🚨ATENCIÓN🚨
Si eres menor de edad o un alma pura, muy muy pura, hay una escena en este capítulo que quizás no te agrade. No es explícita y es muy corta, pero creo que debo avisar. Así que atentos al banner de + 18 😊
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Se obligó a abrir el ojo. Cuando despertó por primera vez, para su alivio, había conseguido cerrar la puerta, lo cual significaba que estaban a salvo de los humanos, ya que estos no podían abrirla. Y ahí se acabaron las buenas noticias y es que, desde el momento en el que la ciudad celestial supo que el señor Jeon desapareció, habrían ordenado al señor Kwon y al señor Haeng regresar cerrando la puerta tras ellos, lo cual significaba que estaban solos y sin posibilidades de recibir ayuda.
Por eso, aunque se las arregló para llevar al señor Jeon a su cama a pesar de no ser capaz de mantener su forma humana como un niño pequeño más allá de un par de minutos, eso fue todo lo que pudo hacer por él y, ahora, este estaba en la cama ardiendo de fiebre mientras el calor era insoportable debido a que su parte elemental quemaba a la humana y a la vez la parte humana envenenaba a la mortal, con el equilibrio destruido como lo demostraban sus cabello con mechones blancos y rojo brillante entremezclados, Cuando todo su cabello brillase o fuese blanco... ¿Pero qué podía hacer él? Aunque el señor Jeon necesitaba un humano, Cath estaba descartada y su familia también, ya que no sabía quién podía estar implicado en aquella traición aparte de aquella mujer y buscar una familia en el mundo humano... Imposible.
Él no podía abrir la puerta. Aunque pudiese, su amo no estaba en condiciones de hacer la ceremonia que los uniría y sin ella, su compañera no sería efectiva. Pero incluso aunque lo fuese, aunque pudiese abrir la puerta, se negaba a traer a otro de aquellos seres tan peligrosos cuando el señor Jeon y él mismo estaban en aquel estado. Si tan solo pudiese ir a la ciudad celestial... Pero sabía su respuesta si iba a pedir ayuda. Que necesitaba un humano, que nadie aparte de ellos podía ayudarlo, ya que lo que el señor Jeon necesitaba para equilibrarse era algo terrenal, por lo que ningún dios podría ayudarlo, Que, aunque no tenían garantías de que funcionase, lo único que podría usar era un familiar, lo más terrenal que existía en la ciudad celestial y que dado que él era su familiar, le correspondía a él intentarlo al no haber alternativa ya que era eso o dejar que muriese envenenando por su propia naturaleza.
Sabía aquello, que era la única opción que existía. Intentarlo él. Algo desesperado que nunca saldría bien ya que su amo necesitaba un humano. Además, ayudarlo era la oportunidad de tocarlo, lo que siempre había soñado. Y aquello era lo que le daba miedo, que, al permitirse tocarlo, además de aquella manera, no pudiese controlarse y la corrupción lo dominase. El señor Jeon no lo perdonaría. Él mismo no lo haría. Pero la alternativa era quedarse mirando como se consumía, de igual manera que llevaba viendo como lo hacía desde hacía días.
