Capítulo 44

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Poco después los cuatro estaban en la puerta de la habitación donde el señor Haeng estaba encerrado, solo que, en aquella ocasión, no había ningún encargado en la puerta, lo cual significaba que, mientras ellos se dirigían allí, el encierro del señor Haeng terminó.

Deulso llamó a la puerta y, cuando recibieron permiso del señor Haeng, entraron en la habitación encontrándose con que este estaba recogiendo sus cosas.

—Deulso, bienvenido. Ya me han dado permiso para salir, así que regresaremos a casa. Tengo que asegurarme del estado en el que está después de tanto tiempo —le dijo y Deulso asintió antes de empezar a ayudarlo sin más—. Jeon, Sae y Dalgam. ¿Qué hacéis vosotros aquí? —los saludó acercándose mientras miraba a este último con curiosidad.

Veníamos a explicarte lo sucedido. Se comprobó que Gahn era quien estaba bajando al mundo humano cuando cayó en una trampa de los encargados. Estuvo apostando energía y, cuando perdió demasiada, bajo al mundo de los humanos para conseguir más. Incluso se relacionó con los humanos que nos secuestraron a Sae y a mí. Al parecer te eligió a ti para involucrarte porque no quisiste ayudarle —resumió.

—Comprendo —murmuró el señor Haeng perdiéndose en sus pensamientos.

—Dalgam fue quién les contó a los encargados lo sucedido, demostrando tu inocencia —prosiguió el señor Jeon.

—Muchas gracias por decir la verdad. —Se volvió el señor Haeng hacia Dalgam.

—Yo solo dije la verdad. No es necesario que me lo agradezcáis —rechazó este incómodo.

—Desde luego que sí. Has hablado contra tu amo, eso requiere mucho valor. Además, si se ha demostrado que Gahn era el culpable, será castigado y tú con él.

—Dado que no solo bajó al mundo humano, sino que tuvo contacto con ellos a pesar de estar prohibido —comenzó el señor Jeon—, Gahn será expulsado por un tiempo considerable. Pero no debes preocuparte, Dalgam no irá con él. Para contar lo que pasó, fue liberado de su lazo con Gahn y, en cuanto todo esté preparado, se le liberará de forma definitiva de sus deberes.

—¿Entonces eso significa que Dalgam no tiene dueño ahora mismo? —preguntó el señor Haeng y el señor Jeon asintió.

—Kwon quería hacerse cargo de él, pero tres sirvientes adultos es excesivo. Por eso pensé en hacerme cargo yo— le explicó.

—Pero no puedes obligarlo a hacerte lo mismo que...— comenzó el señor Haeng, cuando Deulso le tapó la boca.

—El señor Jeon ya sabe eso. El señor Kwon y él hablaron sobre el problema que supone la relación que tiene con Sae y la forma en que le da energía —le explicó antes de soltarlo.

—Exacto, lo sé —asintió el señor Jeon rojo—. Pero Dalgam necesita un dueño. No puedo dejar que desaparezca cuando no ha hecho nada.

—¿Y si me lo quedo yo? —propuso el señor Haeng pensativo.

—¿Tú?

—Soy el dios de la suerte, tengo energía suficiente para hacerme cargo de dos familiares y lo cierto es que a Deulso le vendría bien ayuda —murmuró.

—Sí —confirmó este en un tono demasiado monocorde incluso para él.

—Entonces decidido. Ha sido una suerte que hayas venido. Justo estaba pensando que sería bueno tener un nuevo familiar para poder ordenar las cosas y hacer un inventario actualizado. Además, Dalgam es un ave, nunca he tenido a un ave como familiar. Y como es un gallo podrá despertarme por las mañanas.

—Yo no cacareo —le advirtió Dalgam algo molesto

—Vaya —murmuró el señor Haeng dejando caer los hombros decepcionado.

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