Entró en la habitación encontrándose al señor Jeon sentado mirando el jardín perdido en sus pensamientos. En aquellos momentos estaba pálido, con profundas ojeras y tenía el pelo sin vida, señal de que la inseguridad que sentía su parte humana estaba afectando a su parte elemental, descompensándola.
—Señor Jeon —lo llamó con suavidad, a pesar de lo cual este se sobresaltó volviéndose cuando, al verlo, le dedicó una sonrisa forzada.
—¿Ya has vuelto? —Él asintió sentándose a su lado—. ¿Y me dirás ahora a dónde has ido?
—A hablar con el señor Haeng.
—¿De mí? —Él volvió a asentir—. ¿Y qué te ha dicho?
—Antes de eso, debemos hablar.
—Ya te he dicho que, si es lo que quieres, puedes sacar el veneno —le recordó—. Después de todo, no es más que una parte de mi tratamiento.
—Lo lamento, pero no puedo hacerlo en estas condiciones —rechazó y el señor Jeon asintió cansado—. Pero tampoco puedo dejaros así, por eso quiero saber qué es lo que debo hacer.
—Ya te he dicho que...
—Lo que quiero saber es lo que debo hacer para que me aceptéis como pareja —lo interrumpió—. Después de hablar con el señor Haeng estuve pensando y me he dado cuenta de que vos siempre tenéis un vínculo con vuestras parejas. Al principio eso me molestó, ya que nosotros también tenemos un vínculo y me dolió pensar que este no era lo bastante fuerte para vos.
—Eso no es cierto —negó el señor Jeon mirándolo.
—Lo sé. Después comprendí que no era una cuestión de fortaleza, sino que nuestro vínculo es diferente. Sin embargo, eso es algo que no podemos cambiar, por eso quería hablar. Para saber cómo conseguir que nuestro vínculo me permita ser vuestra pareja.
—Sae, ¿qué se supone que te debería decir?
—Lo que debo hacer.
—Lo que deberías hacer es dejar de ser tú y dejar de intentar equilibrarme para salvarme.
—Entendido —Tenía razón en sus suposiciones.
—Sae, ¿entiendes lo que te estoy diciendo?
—Sí.
—Te estoy diciendo que debes acostarte conmigo, pero no porque quieras estabilizarme.
—Lo entendí.
—¿Acaso no te das cuenta de lo que te estoy pidiendo? Eso no está permitido.
—Los encargados dieron su permiso.
—Como parte de mi tratamiento.
—Siempre y cuando lo haga, no creo que les preocupe demasiado la interpretación que le demos —replicó.
—¿Desde cuándo replicas tanto? —le preguntó el señor Jeon disgustado.
—Siempre os he respondido —le recordó haciendo que este suspirase.
—¿De verdad... de verdad estarías dispuesto a estar conmigo? —inquirió sin mirarlo y él asintió sin dudar.
—Estoy más que dispuesto —le aseguró.
—Más que dispuesto...
—Quiero saber lo que se siente al estar dentro de vos —le explicó.
—¿Cómo puedes...? —comenzó a preguntar mientras se ponía del mismo color rojo brillante que su pelo.
—Así que no era fiebre —murmuró al comprenderlo. Al parecer se sonrojaba con facilidad. Nunca se había dado cuenta antes.
—Deja de hablar —le ordenó apretando los dientes.
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Familiar
RomanceUn sirviente sin memoria que es una bola de un solo ojo. Un dueño que necesita una pareja humana para no morir. Lo único que Sae debe hacer, es evitar enamorarse de tu dueño y podrá vivir con su amo para siempre. Fácil, ¿verdad?