Capítulo 25

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😁

No, no es +18 👉👈

Es que en este capítulo van a salir algunos nombres, así que pensé en poneros una guía para que podáis consultarla si queréis (yo siempre lo hago 😎)

Líderes:

💪 Neudae: Líder de los cánidos (era un lobo 🐺)

💪Donmul: Líder de los felinos (era un gato 😼)

💪Dosuli: Líder de las aves (era un águila 🦅)

💪Hesang: Líder de los animales acuáticos (era un delfín 🐬)


🤜Y nuestro cuarteto buscador de problemas: Dalgam, Meuse, Pye y Joebi. 


Espero que os ayude a no perderos durante el juicio 😇

-¿Qué juicio CC? 

😇

-¿CC? 

😇

  Y, ahora sí, adelante. Descubramos qué es Sae 😁



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Suspiró dejando caer la cabeza. El señor Jeon acudió allí pensando que el mayor problema al que se tendrían que enfrentar era al hecho de que haber sido secuestrado por una negligencia, poniendo en peligro a la ciudad celestial; que él lo hubiese ayudado a recuperarse a pesar de que ese tipo de comportamientos estaban mal visto entre un dios y su familiar. Pero aquello no era lo más grave, la razón por la que estaba condenado: que él era un humano.

Lo sabía por las imágenes que vio cuando huía, recuerdos de cuando estaba vivo, unas visiones donde solo había humanos. Incluso esa vez la prueba sobre su origen fue inequívoca: un humano. Aquello explicaba cómo voló con el señor Jeon en brazos, algo imposible para un ave, cuyos brazos se habrían transformado en alas. Los animales estaban limitados a dos formas: la animal, que era la original, y la humana, que les era entregada cuando eran creados. Pero los humanos eran diferentes ya que poseían una cosa que los demás animales no: imaginación. La capacidad de imaginarse a sí mismos de diferentes maneras, algo muy útil para unos seres cuyo cuerpo que no eran más que una proyección. Una capacidad que le permitió tener alas cuando quería avanzar más rápido tan solo con desearlo. Algo tan práctico como peligroso, ya que cuando lo comprendías, no existía limitación a lo que podías hacer con tu forma. Por eso los humanos estaban prohibidos. Por eso él estaba condenado.

Por suerte, el señor Jeon estaba tan preocupado por lo ocurrido, por el castigo que él podría recibir por lo que hizo para salvarlo, por haber permitido que su humana lo engañase poniendo en peligro la ciudad, que no se cuestionó cómo pudo sacarlo del lugar donde estaban encerrados; que, si pudo ayudarlo a sacar el veneno, a equilibrarse, se debía que era un humano. Y un familiar basado en un humano no podía existir.

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